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—¡Dime por favor que llegaron bien! —grito mi hermano en la videollamada.
—Llegamos bien, enteritos —sonreí con burla viéndolo.
—¡A la otra contesta tu maldito teléfono! —siguió gritando— ¡¿Si no para qué lo tienes?!
—No sé qué haces llamándome.
—¡Ah! —gritó ofendido— ¡Todavía que me preocupo por ti, maldita estúpida!
—Cierra la boca, Stiles —dijo un Derek serio.
—Tus amenazas no sirven por videollamada —sonrió victorioso.
—Puedo decirle a Peter que vaya por ti.
—Já, como si pudiera conmigo —infló el pecho—. Mi mejor amigo es un hombre lobo alfa, ¿cómo la ves?
—Stiles, voy a colgar.
—¡No!
—Estás interrumpiendo mi luna de miel, imbécil —gruñí.
—Oh por Dios, no me había dado cuenta —dijo sarcásticamente.
—¡Adiós!
—¡No! —gritó antes de que colgara.
—Sigue siendo igual de irritante —gruño mi Der.
—Pfff, si lo amas. No te hagas —me volteó a ver muy serio.
—A quien amó es a ti —se acercó y paso sus brazos por mis caderas.
—Awww —recargué mi frente en su pecho—. Cuando quieres puedes ser un biscocho.
Arrugo la nariz.
—No soy un biscocho.
—Si lo eres —rodeé su cuello—. Eres dulce y sabroso.
No encuentro fallas en mi lógica.
Él sonrió y tomo mi nuca para poder besarme. Gustosa acepte su beso pegándolo más a mí, agarrando su playera con mis manos.
—¡Servicio! —tocaron nuestra puerta.
—Maldita sea —susurró Derek molesto. Iba a ir a abrir la puerta, pero me adelante, va a asustar al pobre hombre.
—Buenas tardes —sonreí.
—Buenas tardes, señorita —sonrió—. El banquete ya está servido.
—Gracias, iremos en un momento —él chico asintió y se despidió—. Der, vamos al banquete.
—Solo porque tengo hambre —dijo a regañadientes.
Ambos nos preparamos y bajamos a una sala muy bonita con diversas decoraciones en las mesas. Nos asignaron una mesa al lado de la ventana, lo que dejaba una vista preciosa.
Durante todo ese tiempo nos estuvo atendiendo el mismo chico que nos avisó, se veía super adorable cada vez que Der lo volteaba a ver, temblaba como un chihuahua.
—Asustas al pobre —dije riéndome.
—Si no le hice nada.
—Tu mirada es intimidante —bebí un poco de mi bebida—. Recuerda el día que nos conocimos. Cuando me miraste me sentí muy intimidada y luego fuiste demasiado borde porque tiré tu chaqueta.
—No te conocía —siguió comiendo—. Además, tiraste mi chaqueta donde a alguien se le cayó un yogurt.
—Y te compré otra, genio —apreté su cachete.
—No me aprietes —se quitó mi mano—. Mejor acaríciame.
Hice caso a lo que dijo y empecé a acariciar su mejilla. Me acerque para darle un beso, pero un carraspeo nos interrumpió.
—Disculpen, ¿se les ofrece algo más? —el chico nos preguntó viéndonos a ambos, pero quitando rápidamente la mirada de Derek, quien lo veía muy mal.
—No, gracias. Seria todo —sonreí. Ambos nos paramos y yo me puse mi bolsa—. Muchas gracias por tu servicio.
—De nada, señorita —sonrió e hizo un ademán con la cabeza.
Entrelacé mi mano con la de Der y salimos de ahí. Queríamos pasear un rato.
Llegamos a un camino con luces de navidad en los árboles y plantas, se ve mucho más hermoso de noche.
—Quiero bailar —dije volteando a ver a Derek.
—¿Aquí? —preguntó viendo el lugar.
—Si, así no te tienes que apenar de que la gente vea como bailas —reí.
Él sonrió y tomo mi bolso al mismo tiempo que dejaba un beso en mi mejilla.
—Te voy a demostrar como soy el mejor bailando —se giró y dejo mi bolso en una mesita que había ahí.
Volvió a mi tomando mi cadera con la mano derecha y con la izquierda entrelazo mi mano con la de él, empezamos a movernos. Me causaba algo de gracia que no hubiera nada de música, solo se escuchaban los grillos, fue inevitable imaginarme a un grillo con un violín.
—¿De qué te ríes? —pregunté pegando su frente con la mía.
Negué.
—Tonterías.
—Me gusta escuchar tus tonterías —acorte la distancia entre los dos y lo bese con demasiada ternura.
Quito el agarre de nuestras manos y acaricio mi espalda acercándome a él. Nos separamos y vi en sus labios restos de mi labial.
—Te pinté —acaricié su barbilla.
—No importa —negó y se volvió a acercar a mí—. Mejor bésame de nuevo, señora Hale.
Tomé su nuca y volví a juntar nuestros labios.
Esto es sencillamente hermoso.
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