62. Scott McCall.

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Tenía que armarme de valor, pero los nervios no me dejaban

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Tenía que armarme de valor, pero los nervios no me dejaban.

El sonido de mi teléfono hizo que diera un respingo, lo agarré con mis manos sudorosas.

—¿Hola? —conteste.

—¿Le vas a decir a Stiles? —pregunto Scott exaltado—. Me llamo Malia, me dijo que le ibas a decir a Stiles lo de nosotros.

—Tengo que hacerlo, no quiero seguir escondiéndome contigo —dije seria—. Así que me armé de valor.

—Espera a que llegué, le tenemos que decir los dos —cerré los ojos contando.

—No importa que no estés aquí, necesito hacer esto antes de que me eche para atrás, por favor —supliqué.

—No, Espérame.

—Bueno —mentí.

Antes de que dijera algo más corte la llamada.

Pase mis manos en mis pantalones para limpiarlas, estoy segura de que si mi hermano fuera hombre lobo se preocuparía de escuchar mi corazón tan acelerado.

Toque su puerta.

—¿Puedo pasar? —como respuesta recibí un si— ¿Podemos hablar?

—¿Ahora que hiciste? —se sacó la tapa del plumón de la boca.

—Nada —me removí en mi lugar, buscando como empezar a decirle.

—¿Entonces? —preguntó.

—Bueno, recuerdas lo que le dijiste a Lydia en la pista de hielo, bueno me está pasando exactamente lo mismo —hable rápido.

Su rostro se mostró con confusión, pero después cambió a uno de sorpresa e indignación.

—¡¿Te gusta Lydia?! —preguntó exaltado.

—¡No me gusta Lydia! —grité.

Puso una mano en su pecho.

Bueno... al menos Lydia no. Si soy sincera llegué a sentir algo de atracción por Malia, hasta que empezó a salir con Stiles.

Que terrible hermana soy.

—Me habías asustado, sabes que llevo un plan de 10 años ¿no? —asentí— ¿Quién te gusta entonces?

—¿Tienes algún problema de que me guste uno de tus amigos? —negó con la cabeza.

—Eso siempre pasa en las películas, te puede gustar quien sea —una sonrisa creció en mi boca—. Excepto Scott, claro.

a

Y mi sonrisa desapareció.

En mi mente lloriquee.

—Ese es el punto —lo volteé a ver y me armé de valor—. Me gusta Scott y estoy intentando algo con él.

—¡¿Qué?! —gritó.

—Que me gusta Sco...

—Si te escuche niña —se acercó a mí— ¿Cómo pasó?

—No lo...

—Es imposible.

—No es impo...

—No lo apruebo —demando.

—Pero...

—No.

—Per...

—No.

—Déjame...

—No.

—Déjame ha...

—No.

—¡Déjame hablar, hijo de Dios! —salte sobre él y lo empecé a golpear.

—¡Ya déjame! —se removió debajo de mí, intentando quitarme de encima— ¡Me esta asfixiando! ¡Me va a matar!

—¿Qué están haciendo? —pregunto Scott en la puerta viéndonos raro.

—¡Tu! —Stiles me quito de un buen empujón tirándome al suelo, se paró de la cama y le aventó el plumón que tenía en la mano.

—¿Qué te pasa Stiles? —pregunto confuso.

—¡Intentas llevarte a mi hermana de mi lado! —le lanzo una almohada— ¡No le vas a hacer daño a mi hermana! ¡No lo voy a permitir! —grito agitado después de lanzarle todas las almohada y cobijas.

—Si quieres ya lánzale el colchón —me burle levantándome del piso.

Me volteó a ver como el exorcista.

—Si, eso voy a hacer —cargo una parte del colchón, pero a la hora de intentar cargarlo todo se resbaló y cayó al suelo.

Fue inevitable no soltar una carcajada.

—Te ayudo —Scott se acercó a él y lo agarró del brazo para levantarlo, pero Stiles le dio un manotazo.

—Yo puedo —se levantó solo, con la poca dignidad que le quedaba—. No porque no tenga poderes de hombre lobo no significa que no me pueda levantar.

—Stiles, la quiero mucho —me abrazo por la cintura pegándome a él— No le haré daño, si eso es lo que te preocupa.

—¿Tu qué opinas?

Mire a ver a papá, que estaba recargado viendo la escena desde hace unos minutos.

—Me gusta que estés con Scott, es un buen chico —Scott sonrió con su cara de cachorro.

Me encanta.

—Papá...

—Si fuera al revés sería preocupante, Stiles —dijo viéndolo—. Sigues siendo un chico algo raro.

—Papá tiene razón, Miec...

Stiles puso una mano en mi boca.

—No digas ese nombre.

—Ven Stiles —papá lo tomo de las orejas—, dales espacio... con la puerta abierta —nos miró seriamente.

—¡No me dejas hacer mi drama!

Scott soltó una risa, si supiera que ya lo hemos hecho.

Pasé mis brazos por atrás de su cuello atrayendo hacia mí, lo besé despacio y sin prisa. Él apretó las manos en mi cadera, sonriéndome tiernamente.

—Te quiero —pego su frente con la mía.

—Yo también te quiero.

—Los estoy viendo —dijo Stiles con su bate.

Te maldigo Mieczyslaw.

Te maldigo Mieczyslaw

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Teen Wolf | One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora