Estaba preocupada, hace una semana no veo a Void. Lo contactaría, pero él no utilizaba teléfono. Me armé de valor y lo fui a buscar saliendo de la pequeña cabaña que ahora era mi hogar.
Había mucho chicos y chicas de mi edad saliendo de la escuela, quizás se coló entre todos esos estudiantes, me acerqué y enfoqué mi vista entre todas esas caras.
Nada.
Desanimada me volteé para regresar, hasta que lo vi. Recargado en un Jeep de color azul con la mirada perdida.
Corrí hacia él con mucha efusividad.
Lo abracé con una gran sonrisa, pero se separó de mi con una mirada confusa.
—Te extrañé mucho —acaricié mejilla— ¿Dónde estuviste, Void?
La mirada de confusión fue remplazada por una de enojo y tristeza.
—¿Qué pasa? —pregunté confundida por su expresión, pero aún con una sonrisa en mi cara.
—¿Cómo me llamaste? —me miró fijamente, analizándome.
—Void, así me dijiste que te llamas —expliqué.
—Yo no soy Void —mi sonrisa se borró.
—¿Qué? —susurré.
—Soy Stiles —se presentó— y Void era un nogitsune.
¿Ah?
¿De cuál se fumó Void?
—Se que estas confundida, pero déjame explicarte —asentí y ambos subimos a su carro.
Mientras el conducía me empezó a contar todo, desde que se empezó a sentir mal hasta que descubrieron que el nogitsune lo estaba controlando.
Ahora todo encajaba, porque Void me contaba todas esas historias que yo creía que eran cuentos o simples metáforas, en realidad Void me contaba todos sus planes macabros y yo ni en cuenta.
Ay, madre mía.
Me acosté con dos chicos a la vez.
Bueno, no tanto así. Pero es como si lo fuera, porque el cuerpo es de este chico a lado de mí, pero su mente de alguien más.
WTF.
—¿Él te hizo algo? —preguntó con la vista enfocada al frente— Me disculpo si te hizo algo malo.
—No me hizo nada —lo tranquilice—, de echo él se comportaba atento conmigo. Me salvó de que me mataran.
Sonreí ante el recuerdo de él abrazándome y enfrentando al asesino.
—¿Tu y él...? —hizo una pausa— ¿Tu y él tuvieron algo?
Suspiré.
—Él me hacía sentir bien conmigo misma —susurré.
Apretó el volante y tragó saliva.
—¿Se acostaron? —preguntó.
—Sí —asentí hasta que abrí la boca cuando me di cuenta de que lo dije como si nada—, lo lamento. Él estaba utilizando tu cuerpo.
Su cara en todo momento estuvo roja.
Después de unos minutos en silencio pregunté algo que seguramente me rompería el corazón.
—¿No va a volver, cierto?
Negó con la cabeza.
—Aunque no lo creas es mejor así, mucha gente murió por él.
Mis ojos se pusieron un poco llorosos.
Me había enamorado de Void, de su mente, la forma en la que me trataba y no por usar el cuerpo de este ser humano llamado Stiles. Él estuvo ahí para mí cuando nadie más estaba, ni siquiera mi familia.
Lo voy a extrañar mucho.
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