¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Vi como estaban cerca y de la nada hubo un beso que me rompió el corazón, mis ojos se cristalizados un poco y me di media vuelta para irme de ahí.
Dolía mucho.
Camine apresuradamente.
—¡__! —gritó intentando alcanzarme, sin embargo, ni siquiera la volteé a ver— Espera —tomó mi brazo.
La miré seriamente con el ceño fruncido.
—Caminas muy rápido ¿no ves que voy en tacones? —preguntó.
—Al grano, Lydia.
—Lo que viste no fue mi culpa, él me besó —me miró con una mirada angustiada.
—No importa —hable con tristeza, sin embargo, la seguía mirando seria—. Tu fuiste la que dijo que solo le gustaban los hombres.
Desvió la mirada.
—Jackson lo admitió ¿por qué tú no puedes admitirlo también? —la miré a los ojos, pero al ver que no me miraba a mí, me di vuelta otra vez.
—Yo... es difícil para mí, hasta hace un momento solo me gustaban los chicos —me detuve—. Pero quiero intentarlo contigo —dijo con determinación.
—No tienes que hacerlo si te sientes obligada.
—Lo hago porque quiero —se acercó a mí me dio un beso casto— y te lo voy a demostrar.
[...]
Los días fueron pasando y Lydia sí que estaba dispuesta a intentar tener una relación conmigo.
Todos se sorprendieron cuando supieron que salíamos, pero no porque a Lydia le gustaran las chicas, más bien porque ambas éramos como polos opuestos, ella era la de la moda, la reina y todo eso, y yo era la que hacía "desmadre".
Así que eso estuvo bien.
Deje caer mi cabeza en el libro.
—¡No entiendo nada! —grité de frustración.
—Vamos, tú puedes —acarició mi pelo.
—No, tú eres la inteligente aquí, yo ni siquiera luego sé cómo pasó las materias.
Hice un puchero que ella besó con una sonrisa.
—Es porque a pesar de que no le entiendes, le pones empeño —besó toda mi cara, sonreí por eso—, eso es lo que me gusta de ti.
Me besó más apasionadamente y yo no dudé en seguirle.
—¿Podemos ir por un helado y después seguimos con estudiar? —pregunté viéndola como la cara del gato con botas.
Asintió y regresó sus ojos a mis labios relamiéndose los suyos.
Ante esa mirada no me resistí y le otro beso.
Salimos de la casa y nos agarramos de las manos.
—¡Qué bonitas las novias! —gritó uno de mis amigos que pasaba cerca de nosotros. Reí y le enseñé el dedo de en medio.
Fuck you.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
