7. Theo Raeken.

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Estaba en un partido de Voleibol, íbamos ganando y todo iba muy bien, excepto que mi novio no vino a verme como lo había prometido

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Estaba en un partido de Voleibol, íbamos ganando y todo iba muy bien, excepto que mi novio no vino a verme como lo había prometido.

Habíamos peleado ayer porque él decía que yo no tenía tiempo para él, lo cual, obviamente, era mentira. Yo siempre había tenido tiempo para él, incluso luego dejaba la tarea de la escuela para después y pasar un momento agradable.

Puras bobadas.

—¡Vamos, chicas! —grito el entrenador mientras aplaudía ruidosamente al ver que no habíamos recibido— Vamos ganando, otros puntos y ya.

Nos posicionamos mis compañeras y yo para recibir. Amber recibió la pelota y se la pasó al acomodo, ella me la acomodó a mí y yo le pegué demasiado fuerte que el otro equipo no pudo recibir.

—¡Bien hecho! —seguía gritando nuestro entrenador.

Cada cierto tiempo volteaba a ver hacia la puerta para ver si llegaba Theo. Volteé a ver dónde se encontraban mis amigos apoyándome. Al encontrar mi mirada con la de Stiles supe que ni siquiera iba a venir Theo.

Ahora quien no tenía tiempo para quien.

—¡Eh! —me gritó Tania— Te toca sacar.

Agarré el balón que me lanzaron y me puse como a un metro y medio de la raya de saque. Me preparé para sacar, cuando ya estaba lista lancé el balón hacia arriba y le pegué mandándolo al equipo contrario, rápidamente me acomodé en la banda de atrás y siguió el juego normal.

En una de esas, mi compañera de enfrente no logró darle al balón, por lo que yo tuve que moverme rápido y me avente.

El balón no cayó al suelo, lo salvé. Pero yo sí me di en toda la cara.

Mi nariz empezó a sangrar un poco, por lo que el árbitro pitó para parar el juego. Alguien se acerca corriendo y se agacha a lado de mí. Reconocería su olor en donde fuera.

—Vamos cariño, te tienen que revisar —dijo Theo mientras me ayudaba a levantar.

El entrenador se acercó a mí y me preguntó si estaba bien, después me mandó con el doctor a que revisara mi nariz y me sentara en la banca.

—¿Por qué no llegabas? —pregunté después de que me revisara el doctor— Pensé que no ibas a llegar.

—Estaba un poco enojado —susurró.

Vaya, qué novedad.

—¿Entonces así va a ser cada vez que te enojes? —pregunté molesta.

—No, tenías razón, tú siempre estás al pendiente de mí y yo no lo he estado de ti, lo siento —puso su brazo sobre mis hombros— seré mejor para ti, te lo prometo.

—Demuéstralo. Todavía sigo enojada contigo —me cruzo de brazos.

—Lo hare —beso mi frente—. Me encanta como juegas. Te vez sexy con ese uniforme.

Le di un pequeño golpe en el brazo.

—Te quiero —susurro en mi oído.

—Yo no —lo fulmine con la mirada.

Theo soltó una gran carcajada. Agarro mi cara y me beso tiernamente.

—¡Hey! No coman pan frente a los pobres —grito Liam mientras nos lanzaba palomitas.

Y lo único en lo que yo podía pensar era:

Ahora voy a tener un gran moretón en mi nariz.

Ahora voy a tener un gran moretón en mi nariz

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Teen Wolf | One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora