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Moví mis caderas al ritmo de la música, me estoy divirtiendo mucho. Era una de las tantas fiestas de Lydia.
—¡No deberías de seguir tomando! —grito Malia sobre la música— ¡Ya fue mucho!
—Estoy bien —seguí bailando.
—No estás bien, los humanos no aguantan tanto el alcohol —la mire feo.
—Oh, tú qué sabes —la desafié con la mirada.
Seguimos con la fiesta.
—Ay necesito ir al baño —le di mi bebida—, cuídamela.
Comencé a caminar hacia las escaleras y volteé a ver a Malia, a ver si sí cuidaba mi bebida. La verdad no fue una sorpresa ver que se la tomo de un trago.
No pues gracias.
Bufé y seguí caminando al baño. Llegando hice mis necesidades y después me quedé viéndome en el espejo como estúpida.
Ya estaba más que borracha. Salí del baño y había una filota, me disculpé y me dirigí de nuevo a las escaleras.
Pero escuche ruidos.
Y no de los malos.
Me asome al balcón y estaban Stiles y Lydia abrazados viendo el cielo mientras platicaban.
Que cursi.
—¡Al fin! —grite cuando llegue a ellos, ambos brincaron de la sorpresa.
—Sí, bueno —Stiles reía nervioso—, somos novios. Mi plan de 10 años funciono.
Ahora Lydia reía, viéndolo embobada.
—Me di cuenta de que eres tú con el que quiero estar por...
La interrumpí con mi vomito.
Qué asco.
Ambos me miraron con rareza y asco.
—Pues perdón por ser cursis —hablo Stiles.
—No es eso. Estuvieron lindas sus palabras —levante mi dedo pulgar.
—Claro —Lyd volteo a ver a Stiles—. Vamos por un trapeador, esto huele asqueroso.
—Ok —susurré.
[...]
Pasó un buen rato y no venían.
Los malditos me dejaron sola y con una vomitada en el suelo.
Debí imaginármelo, quieren estar a solas.
—¿Hola? – Nolan hizo acto de presencia.
—¡Nolan! —me acerqué y lo abracé.
—Lydia y Stiles me dijeron que viniera a acerté compañía.
—Si —voltee a ver el suelo—, me dejaron solo para hacer cositas.
—¿Qué es eso? —ahora yo lo mire sin entender— ¿Qué significa lo que dijiste?
—Pues tener sexo —alcé las cejas con perversión.
—Oh... —sus mejillas se sonrojaron.
—No te pongas rojo, algún día tú y yo lo vamos a hacer cuando seamos novios.
Cuando menos me quise dar cuenta ya había soltado la sopa.
Me lleve las manos a la boca.
—Ay no, no quise decir eso, bueno sí, pero no. Es que cuando bebo me pongo medio rara y eso no está bien claramente porque se me sale de to...
Nolan me interrumpió agarrando mi cintura acercándome a él.
—¿Qué haces? —pregunté en un susurro.
—Esa es una declaración de amor.
Se acercó aún más.
—Si me vas a besar espera a que me lave la boca, mi vomito esta por allá —señale a mis espaldas.
Nolan soltó una inmensa carcajada.
—¿Qué voy a hacer contigo? —me miro profundamente.
—Amarme.
—Oh, créeme que eso voy a hacer —beso mi frente—. Vamos a que te laves la boca.
Así fue como termino la madrugada, con una Malia salvaje acabándose mi bebida, unos novios haciendo cositas, un fututo novio limpiando mi desastre y yo bien soñada.
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