OS +18.
Reí mientras nos escabullíamos en dirección a nuestra casa del árbol. Le habíamos hecho una broma a Peter y lo más probable es que no nos perdone.
Pero él es rico.
Puede comprar otro balón de básquetbol.
Subí la escalera que estaba pegada al árbol con Derek atrás de mí.
Sentí un pequeño azote en una de mis nalgas.
—¡Derek! —grité riendo y escuchando su risa.
Me acomode en una manta que había ahí sentándome con las piernas cruzadas.
—Creo que fue mala idea ponchar el balón de Peter —se acostó haciendo que su cabeza quedara en mis piernas. Empecé a acariciar su cabello.
—No nos encontrara, sabes que es malo para rastrearnos —dije sonriendo—. Además, nadie sabe de esta casa —susurré con suavidad.
—Solo mamá.
—Solo tú mamá —asentí.
Talia nos ayudó a hacer la casa del árbol cuando teníamos como 9 años, fue un modo de distracción y para pasarla bien entre los dos.
Hasta la fecha nadie se ha acercado, ni siquiera algún integrante de la manada de Derek.
—¿Todavía tu familia piensa irse? —preguntó después de unos minutos de silencio.
—Sí —me sentí triste—. Mis padres escucharon que una familia de cazadores viene hacia acá —informe—. Mamá está intentando convencer a la tuya de irnos todos juntos para estar a salvo.
—No creo que acepte —tomo mi mano, entrelazándola con la suya—. No quiero que te vayas.
—Si me voy, volveré —prometí.
—Te esperaré —beso mis nudillos.
Sonreí y besé sus labios.
—Seguramente tendrás muchas novias en el futuro —reí.
Frunció el ceño.
—Eres mi novia, no creo que mi novia tenga que decir que tendré más novias —me vio raro.
—Oh, vamos Der. No soy una novia normal —se paró para tomar asiento en frente de mí—, y así me quieres.
—Así te quiero —asintió y se acercó a besarme.
El beso se hacía más intenso conforme pasaban los segundos. Me fue acostando en la manta y repartió besos por mi cuello.
—Der —me separe de él—, no tenemos condón —de su bolsillo saco la famosa envoltura de color metálico. Lo mire con una ceja arqueada—. Así que ya estabas preparado.
—Siempre estoy preparado para los dos —volvió a pegar sus labios sobre los míos.
Nos comenzamos a desnudar entre caricias y besos. Él se puso el condón y quedo sobre mí. Alineo la punta y empezó a entrar despacio en mí. Su mano agarraba fuertemente mi muslo.
Gemí, se sentía tan bien como la primera vez que lo hicimos.
Empezó a aumentar la velocidad de las embestidas y escondía su cabeza en mi cuello a la vez que susurraba cosas en mi oído.
—Amor, más rápido —dije sin aliento. Se separó de mí para verme a la cara y sus ojos cambiaron a amarillo, las embestidas ahora eran potentes— ¡Así! ¡Así!
Hice mi cabeza hacia atrás, sus labios se apoderaron de mis pezones junto a sus manos.
Lo empujé con algo de fuerza y me senté en su regazo, aún con su pene dentro de mí.
Empecé a saltar rápidamente.
—Joder, cariño —acarició mis nalgas—. Lo haces muy bien.
Sonreí descaradamente.
—Imagínate en unos años —hice círculos con mis caderas, eso le encantaba.
Gemidos y jadeos salían de los dos.
Para poder llegar al orgasmo Derek empezó a embestirme al mismo tiempo que yo saltaba sobre él.
Era una sensación única.
Nuestros ojos cambiaron de color y pronto sentimos una sensación de alivio en nuestra parte baja.
Nos quedamos así abrazados. Sus dedos acariciaban toda mi espalda.
—Te amo —besé su barbilla.
—Yo también te amo —recargo su frente a la mía.
Narrador omnisciente.
Derek Hale dio media vuelta dispuesto a irse, sin embargo, le dio un último vistazo a la casa del árbol que construyeron cuando eran tan solo unos niños.
Donde vivió y sintió su primer amor.
Al final sí se habían ido.
Espero que cumplas tu promesa. Pensó el hombre lobo ya mayor, sonriendo nostálgico.
"El mundo es redondo y el lugar que puede parecer el final, también puede ser solo el comienzo".
-Ivy Baker Priest.
ESTÁS LEYENDO
Teen Wolf | One Shots
Loup-garouOS que te pueden encantar. Los One Shots ya están terminados, solo los estoy editando, por lo que no se aceptan pedidos.