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Nunca voy a hacer enojar a Lydia y Scott, prácticamente nos encerraron a Stiles y a mí en un casillero. Todo comenzó solo por hacerles una pequeña broma inofensiva, pero al parecer no les gusto y como venganza nos encerraron aquí.
Estamos demasiado apretados, me pregunto ¿cómo mierda es que entramos? Scott me puso a mi primero en el casillero para que no pudiera abrirlo con mi fuerza de mujer lobo, después puso a Stiles impidiendo que no me pudiera mover mucho.
Lo peor es que estamos frente a frente y he estado evadiendo su mirada, nuestras respiraciones chocan.
—¿Qué pasa? —pregunta Stiles con dificultad.
—Nada —respondí nerviosa.
Si seguía viéndome iba a colapsar, así que tuve la grandiosa idea de voltearme y vaya que lo logré con mucha dificultad, sin embargo, fue un gran alivio.
Sentí como Stiles trago saliva nervioso.
—No te muevas —demandó en un susurro.
¿Ah?
—¿Por qué?
—Solo no lo hagas.
Sentí como se removía y se pegaba más a mí.
—Oye Stiles, estás muy pegado a mí —le reclamé.
—No sé si te das cuenta, pero no hay mucho espacio aquí Gabriela —de la nada sentí como algo se alzaba y se me enterraba un poco.
—Stiles —lo llamé— ¿Puedes quitar tu puño de mi trasero? Esto es incómodo.
Tosió un poco antes de responder.
—Es que no es mi puño.
¡¿Qué mierda?!
Inevitablemente me puse súper roja pensando en su pequeño gran problema.
POV Stiles.
¿Por qué le dije eso?
Vi cómo se quedó quieta y su respiración estaba tan acelerada como la mía.
—¡Scott! ¡Sácanos de aquí! —rogué— ¡Por favor!
No creo aguantar mucho tiempo, esto duele.
Si antes me daba miedo declararme a ella, ahora mucho más. Como la voy a ver a la cara después de esto.
Desde que vi sus ojos cafés y la manera en la que me mira me empezó a gustar para después enamorarme de ella al ver que teníamos cosas en común y pasar tiempo con ella haciendo bromas a la manada.
Ella soltó un quejido bajo.
—Me va a dar un calambre —empezó a lloriquear falsamente e intentó agarrar su pierna, pero obviamente no pudo—, está muy fuerte.
Se empezó a mover creando mucha fricción entre mi entrepierna y su trasero haciendo que soltara un gemido por lo bajo.
—¿Estás bien? —pregunté.
Ella asintió.
—Perdón Stiles —me miró por sobre su hombro—, necesito masajear mi pierna.
Se hizo para atrás quedando totalmente pegada a mí, cerré mis ojos fuertemente y solté un suspiro pesado.
Esta mujer me va a matar.
En mi interior estaba lloriqueando por el dolor.
—Perdón —dijo cuando escucho un jadeo de mi parte.
—Perdóname tú a mí —hable con pesadez—, esto no tendría que estar pasando.
—Supongo que puede ser normal —rió ligeramente—, no me imagino a mi debiendo tener cuidado de que no... ya sabes.
—Sí —susurré.
De la nada escuchamos el sonido de unas llaves para después sentir como me jalaban, cuando ya estaba afuera no esperé ni un minuto más y me fui corriendo hacia los baños.
A utilizar a Manuela.
POV Gabriela.
Salí del casillero toda roja a más no poder, con cada movimiento que hacíamos sentía como se paraba más y más.
—¿Estas bien? —preguntó Scott viéndome fijamente.
—Sí, todo bien —respondí con una ligera sonrisa.
—Lamento si no llegué antes, iba a dejarlos 5 minutos, pero perdí las llaves —rascó su nuca, avergonzado.
—No te preocupes, no fue tan malo.
Ahora mis pensamientos estaban solo en Stiles.
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