Nova [En proceso]

Reunión

Las reuniones que hace Bogdan son de película, es como si el presidente nos visitara, como si algún famoso pisara el suelo de nuestro hogar, y no era ninguna de las dos.

La jerarquía completa vuelve a casa.

La oficina de Bogdan no era el lugar indicado para recibir a estas personas, por lo que utilizamos la habitación de al lado que es mucho más espaciosa. No somos precisamente formales, a excepción de Bogdan que siempre va de saco y córbata, el resto porta sus vaqueros, camisas y chaquetas, tal vez sea lo más común aquí. Pero esta habitación no es lo más impresionante; si regularmente la mansión está bajo cuidado, como si se tratase de una estación de policía, ahora es como una cárcel.

No necesitamos más protección, no por el momento, pero los más antiguos aquí buscan prevenir, dicen que ante cualquier movimiento brusco que haya afuera, es mejor estar todos unidos con armas arriba apuntando al frente, y así ha sido.

Hombres en el jardín, en frente y detrás de la mansión, en las esquinas, incluso adentro y más que nada en la primera planta, armas abajo pero siempre atentos, porque la oscuridad de la noche puede ser engañosa. Como siempre nos encargamos de ofrecer comida y bebida, esto es un trabajo como cualquier otro solo que ilegal, pero no por eso hacemos a un lado las necesidades de nadie.

Las puertas de caoba se abrieron y Alek apareció al lado de Renzo y Davide, eran los últimos que faltaban.

Mi lugar estaba junto a mi padre, al igual que Matthew y Alek, Renzo al otro costado sentado con Davide a su lado, Lucas de pie a un costado de la puerta, Baggio al otro costado, y estos cinco hombres sentados aquí, guardando silencio esperando las palabras de Bogdan.

—Ya que estamos todos aquí, primero les agradezco por haber venido, sé que tienen trabajo por hacer y sé que estos días han sido más complicados —se tomó unos segundos para encender su puro y continuó—. Pero en esta ocasión es de suma importancia mantenerles al tanto de la situación.

Mi mirada conectó con la de Bastián y él asintió. Ambos sabíamos que si mi padre decía algo "serio", sería solo para que yo no me adelantara a levantar sospechas sobre la discusión que había escuchado, pero antes que nada, y para la sorpresa de los presentes —y sobre todo para mí—, estos tres nuevos miembros entraron a la habitación. Recordaba muy bien sus nombres: Taya, Fabio y José. Enseguida mi mirada recayó sobre Bogdan.

—El primer punto de esta reunión tiene que ver con nuestros nuevos integrantes. Hace ya bastantes años no entrenábamos jóvenes para llevar a cabo las misiones más riesgosas de nuestra familia, pero en vista de la situación que estamos enfrentando, decidimos anexarlos ya que son los candidatos perfectos.

—¿Candidatos perfectos? —solté a modo de burla.

No me interesa herirle el ego a nadie, aunque supe que lo hice, pero para mí esto es un insulto. Esos chicos no están listos para el trabajo que hacemos nosotros, estaba segura de eso, tan segura que me atrevía a desafiar a mi padre sobre este asunto.