Observé a detalle mi vestimenta mientras descendía por las escaleras hacia el living. Tennis blancos, jeans de mezclilla ajustados, un suéter negro holgado y la chaqueta del mismo color, era lo más simple y casual que había encontrado en mi clóset pero no me sentía cómoda.
Consideré que tal vez debía vestir más formal para atender la faena que Bogdan me había asignado casi una semana atrás: supervisar la fábrica. Tendría que enfrentarme a la mirada de más de veinte hombres que trabajaban sin descanso durante el día y en particular, a la mirada de Deimos, quien estaba desempeñando su rol en la producción como ayudante, él debía cargar los sacos, los galones, cualquier herramienta necesaria para facilitar el trabajo de los hombres que obraban como hormigas para producir el polvo blanco por el que nos pagan.
Estaba por tomar las llaves de mi auto cuando la puerta se abrió y vislumbré la figura de Bogdan. Sus brazos cayeron lánguidos a sus costados y su mirada cansada me dejó impactada en cuanto encontró la mía, olía a aromatizante barato de cantina de bajo prestigio y me sorprendí porque ni siquiera parecía haberse bañado. Su ropa estaba parcialmente sucia al igual que sus zapatos, solo cerró la puerta tras él para avanzar por el pasillo hacia su oficina tratando de ignorarme, pero el olor a Whisky que desprendía no pasó desapercibido.
Luego de perderlo de vista dudé unos segundos para seguirlo, quería hablar con él, incluso disculparme. Sabía que tenía culpa, él mintió y ocultó cosas que no debía, pero en mi cabeza se repetían las letras de aquella carta, las afirmaciones de Renzo y Alek asegurando que él solo quería protegernos, adrmás de mi propio criterio y emociones. Es mi padre. Pasara lo que pasara no me cabía duda de aquello, no puedo negar el hecho de que no llevo su sangre o que sus genes no corren en mis venas, pero tampoco puedo negar que me a cuidado y a velado por mí como por los demás.
Me detuve en el marco de la puerta abierta que lo dejaba ver decaído en su silla detrás del escritorio, observaba dos cuadros que reposaban frente a él y comenzó a gimotear cubriendo su rostro con ambas manos al llorar con fuerza. No esperaba eso. El peso de su dolor cayó sobre mis hombros y no pude resistirme; a pasos lentos me acerqué solo para darme cuenta de que ahí estaban las fotografías de sus dos esposas: Yenta y Didiane.
—Padre —coloqué mi mano sobre su hombro—. No estás solo, ¿de acuerdo? —susurré suavemente—. Estoy aquí, papá.
Eso último captó su total atención, me miró con los ojos llenos de lágrimas y su rostro humedecido. Nunca le había dicho "papá" pues en cierto aspecto no lo sentía correcto, no comparto su ADN y escuchar a Baggio y Renzo de niños llamándole de esa manera me hizo querer mantener un límite porque ellos tenían todo el derecho, asique lo llamé "padre" para marcar el respeto y la diferencia.
Tal vez solo me afirmé siempre que en realidad, no soy parte de esta familia, o la familia que solía ser.
—Papá —susurró incrédulo, no se creía lo que claramente había escuchado—. Que bien suena viniendo de tí.
ESTÁS LEYENDO
Nova [En proceso]
ActionLa familia de la Mafia Roja, conformada por hermanos que no comparten sangre pero sí lealtad. Ahí nació Nova y sus cuatro hermanos, fueron adiestrados para defenderse y luchar por un bien común, sin saber el oscuro secreto que su padre oculta. La de...