Cerca.

11 0 0
                                    

La semana había transcurrido y estábamos en peores condiciones que antes, aún así, Alek no se detuvo, bajo órdenes de Bogdan inició los entrenamientos, úsabamos las armas de la última entrega y todo el equipo recién llegado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La semana había transcurrido y estábamos en peores condiciones que antes, aún así, Alek no se detuvo, bajo órdenes de Bogdan inició los entrenamientos, úsabamos las armas de la última entrega y todo el equipo recién llegado. Nos exigió usar el "uniforme": la camiseta manga larga negra, el pantalón cargo azul oscuro que pasaba desapercibido, y los botines que no podían faltar, pero que por algún motivo pesaban más que antes.

No nos habíamos retirado de la mansión, al contrario, Bogdan insistió en que nos quedaramos  y sospeché que se debía a la nueva vida en la casa. El pequeño llamado Mateo, tuvo salida del hospital luego de tres días internado puesto que debían observarlo por ser prematuro, ya habíamos hecho los actos fúnebres de su madre, y ahora con la responsabilidad de cuidarlo nos caían muchas cosas encima.

Mi padre no estaba muy apegado a él, lo atendía eventualmente, pero las veces que lo hacia repetía lo del primer día de vida del niño: lo recostaba en su pecho desnudo. El resto del tiempo nosotros nos hacíamos cargo, ya nos turnábamos para atenderlo en las mañanas cuando se despertaba con mayor frecuencia, y a mí me dejaban cambiar los pañales por lo general.

Apenas abría sus ojitos y podría jurar que era la misma mirada de Bogdan, tal vez con el tiempo eso cambiaría, pero todo en ese niño gritaba: Genovese, no solo el apellido.

Por otro lado, Davide se estaba adaptando a la perfección, por primera vez estaba viendo su potencial en esto, siempre supe que tenía mucha energía, lo cual era bueno, pero ahora es excelente. Tenía una gran destreza con las armas pequeñas y mucha agilidad, solo había un problema, aún insistía en coquetearme e insinuarse con chistes tontos que Deimos no dejaba pasar. Alek estaba consciente de todo eso, tuvo una amena conversación con el ojiazul para hacerle entender que debía mantener un límite, él sabía de primera mano que las "diferencias" entre nosotros no deben existir asique aceptó sin problemas.

Ahora bien, Alek sabía sacarle provecho a las diferencias, y así como lo hizo conmigo y Taya en el último entrenamiento, lo estaba haciendo con los dos chicos. Observé detenidamente cada movimiento que hizo Deimos, él es fuerte, es díficil derribarlo porque tiene muy buena estabilidad, sabe balancear el peso de su cuerpo; pero Davide es como un pequeño escarabajo escurridízo, evadía muy bien los ataques del chico frente a él excepto cuando utilizaba técnicas de sumisión puesto que siempre obtenía un golpe cértero —probablemente muy doloroso—, por parte de Deimos.

Sabíamos que ninguno de los dos se iba a rendir, por lo que Alek detuvo la pelea. Era el turno de Baggio, y por raro que parezca, el hombre a cargo fue quien se enfrentó a él, me dió un cronómetro y me pidió que le avisara por cada minuto que pasara, quería probar la resistencia de mi hermano y era justo. Él había estado hospitalizado luego de que nos enfrentaran en la vieja casa de campo, y al igual que Renzo y Fabio, él estaba siendo observado, Alek le exigía el máximo para asegurarse de que pudiera pelear.

—No voy a golpearte, ¿de acuerdo? —le explicó a Baggio—. Solo quiero que me derribes, yo intentaré lo mismo contigo.

No recordaba la última vez que ví a Alek en combate, pero sin duda era muy talentoso, muy hábil. Esquivaba al chico como un torero juega con su bandera evitando ser adorno en los cuernos del animal. Luego de tres intentos fallidos, finalmente cayó, mi hermano enseguida se colocó sobre él, aprisionó su brazo, y colocó sus piernas sobre su abdomen ejerciendo presión hasta que Alek se rindió. Conté tres minutos y era un buen resultado.

Nova [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora