Verdad.

18 1 0
                                    

La última semana había sido buena, el plan de mi padre estaba dando frutos, hicimos todo lo posible por enfocar la atención en el nuevo negocio y funcionó

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La última semana había sido buena, el plan de mi padre estaba dando frutos, hicimos todo lo posible por enfocar la atención en el nuevo negocio y funcionó. No solo brilló el nuevo proyecto sino también el Red Night, Bastián había hecho algunas mejoras y además de verse mejor, el servicio era de calidad. La prensa había hecho su trabajo con los anuncios, y de un períodico se esparció a todos los demás. En ninguna página había información sobre las sospechas de "la ola de violencia que deja cádaveres a su paso", eso significaba que la gente ya no señalaría en nuestra dirección y las aguas se estaban calmando.

En la producción también mejoramos, el ritmo se aumentó y teníamos un poco más de lo que usualmente vendemos pero era necesario para empacarlo en la ruta que iba hacia Francia mañana. La Rosa  fue lo último que atendimos, habían chicas nuevas y claro que hicieron exigencias grandes a Bogdan, quien accedió a todo lo que pidieron, no le dolía gastar ni un centavo. Ya había contratado a la niñera de Mateo, una chica joven de treinta y tres años que además es enfermera, fue el prospecto perfecto para cuidar de un recién nacido.

Por mi parte, entre el entrenamiento y las tareas en la fábrica me había tomado mi tiempo para continuar investigando sobre las mentiras de Bogdan. No había encontrado mucha más información de la que ya tenía pero cada vez era más sencillo atar cabos, estaba esperando el momento adecuado para enfrentarlo y necesitaba algo fuerte para que no pudiera mentirme.

—Ya llegaron todos —escuché la voz de Bastián al otro lado de la puerta.

Observé mi reflejo en el espejo una vez más, el vestido corto que Bastián me regaló se me veía hermoso, le había agregado un plus con la joyería que me obsequió Fabio y unos tacones no muy altos que combinaban. En mis muñecas un par de pulseras de oro y portaba un anillo en el dedo anular que me había regalado Bogdan hace un par de años. Maquillaje casual, cabello suelto y olor a vainilla. Perfecto.

No utilizo prendas como estas con frecuencia, tampoco presumo de tenerlas, pero que bien es poder lucirlas en momentos como este.

—Espero que bajes con una hermosa sonrisa porque hay unos cuantos fotográfos.

Ese comentario por parte de Renzo me hizo abrir la puerta. Claro que mi rostro expresaba sorpresa por la noticia y además mis dos hermanos estaban muy guapos, pero sus rostros, aunque tenían un ápice de sorpresa, se iluminaron al verme.

—Oh, sei bellissima —el ojiazul observó detalladamente el vestido.

—In realtá lo sei —espetó Renzo sin dejar de admirarme—. Entiendo por qué Deimos y Davide pelean tanto.

Reí ante eso. Era muy cómico verlo de esa manera, aunque no era un secreto que para Deimos, Davide es una piedra en el zapato, y viceversa.

Nova [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora