46 -Recuerdos- ✓

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-Capítulo 46-

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-Capítulo 46-

Escuché pasos y me puse a la defensiva en una esquina de la habitación que no reconocía pero me traía un sentimiento de que era un lugar acogedor, ya me había levantado hace un rato e intenté abrir la puerta pero esta se encontraba con llave. Los pasos se hicieron más cercanos y alguien puso la llave en la puerta, alguien que se decidió a entrar.

Desde la esquina de la habitación en la que estaba, me encontré con los grisáceos ojos de este chico Hades del que mi madre me había dicho que me alejara. Me transmitió seguridad, y no entendí a que venía este intenso sentimiento, debía odiarlo, él me secuestró. Detrás de él apareció otro chico con cabello azabache que me sonrió triste; este traía en sus manos una bandeja.

-Hell, despertaste- Se quiso acercar a mi Hades y yo en vez de retroceder me apuré a empujarlo y propinarle un puñetazo en las costillas, él se retorció de dolor, y no solo se veía en su rostro, en sus ojos se veía un dolor inmenso.

-Aléjate de mi- Opté por decir.

-Tranquila Hell, nadie está aquí para hacerte daño- Dijo el otro chico y levantó los brazos en una pobre señal de paz.

-Me secuestraron- Mi respiración estaba entrecortada y mi posición era de ataque.

-No, te trajimos a casa para volverte a la normalidad, nadie tiene que salir herido- Volvió a hablar mientras dejaba una bandeja llena de comida sobre una especie de baúl.

-Esta no es mi casa- negué repetidamente.

-No trates de negarlo, sé que sientes que esta es tu casa- Ese era Hades -Trata de recordar, estas paredes, este cuarto, a tu familia, Bastian, Megara, Daemon, Lucifer...- Hablaba dolido.

-Mi familia es mi madre, y debe estar buscándome- Afirmé y el chico del cual no sabía el nombre me hizo una seña para que me acercara, dudé pero di un paso adelante.

-Dale, ven, quiero mostrarte algo- Me incitó y dudosa fui.

Llegué a él y me pidió mi mano, puso un dedo mío en su frente y me permitió entrar en su mente, vi uno de sus recuerdos y este era de mi madre haciendo un trato con ellos, vendiéndome por su libertad, rápidamente salí y un atisbo de tristeza cruzó por mis pensamientos, mi madre me vendió. Retrocedí y acepté lo que estaba pasando, tenía que estar con ellos exceptuando un par de meses de mi vida, era un trato.

-Estamos buscando los mejores brujos en la tierra para poder devolverte la memoria, no puedes seguir así, sé que saber que hay muchas cosas que no tienen sentido, pero creeme, tu perteneces aquí, puedo mostrarte más si es necesario- Propuso y yo negué.

-Quiero que él me muestre, sé que lo conozco, lo creé en mi imaginación para poder vivir fuera de la realidad en la que vivía- Hablé señalando a Hades.

-Hell, soy real, soy tu novio- Abrí la boca sin comprender.

-No puede ser, yo nunca salí de Idom en mi vida- Dije sin más.

-Nunca habías ido hasta hace unos meses, Lilith te hizo creer eso- Dijo Hades y yo me negué a creer que mi madre me estuviese mintiendo. Me acerqué a él y toqué su mano para ver sus recuerdos, imágenes golpearon mi mente, era yo aprendiendo a manejar junto a él mientras reía, otra era él diciéndome que fuese su novia bajo la lluvia, mil más aparecieron, nosotros haciendo... bueno, el amor en su habitación y como dormíamos juntos, el calor de su pecho, su respiración y sus latidos, no lo podía creer; una vez que me salvó de que me pisara un auto, nosotros en el cielo él volando y yo sobre sus brazos sintiendo todo su calor corporal, eso me inundó.

Me largué a llorar, realmente no entiendo nada.

-Ahora es suficiente, no quiero que te abrumes con eso, encontraremos la forma de que vuelvas, de que vuelvas a mi- Me miró Hades triste, él no mentía, yo había estado con él, pero... ¿Cómo sabía que todo eso no era una mentira?

-Ahora come que se hace tarde para que vayas a recorrer los lugares que te gustaban de aquí para ver si sientes o recuerdas algo- Me dijo el otro chico que aparentemente se llamaba Lucifer.

-Pero ¿Qué es aquí?- pregunté inquietada.

-Aun sigues en el infierno Hell, solo que estás en mi casa- Respondió.

-Y ¿Quién eres tú?- pregunté nuevamente sin querer herir sus sentimientos por no saber quién era.

-Lucifer, tu hermano-.

Me arrodillé, era Lucifer, el de verdad.

-Tranquila, no tienes que hacer eso, somos hermanos, ya te acordarás de mi, eres como la princesa del infierno, la reina de todo lo creado y casi la reina del inframundo- Me sorprendí por todo lo que dijo, ¿tenía más familia?

-Sé lo que estás pensando, y si, tienes más familia, mis hijos son tus sobrinos y por una extraña razón son tus hermanos también- Me explicó rápidamente y yo quedé anonadada, era muy difícil de creer un chico que parecía casi de 19 tenía hijos. 

Me senté en el piso para comer lo que me había traído, sabía lo que iba a pasar pero me controlé y dando el primer bocado sentí que no tenía nada bajo control y vomité a mi lado.

-¿Qué pasó?- Preguntó Hades preocupado.

-Es que... soy un demonio, no puedo comer comida normal, mi estómago lo rechaza- Me sentí apenada.

-No sé desde cuando eres demonio pero entiendo, tienes que comer carne- Asintió y volvió a hablar -Pero no te daré carne humana, me niego a que comas eso- Hades miraba confundido.

-Otra cosa más a la lista que resolver- Comentó tranquilo Hades y Lucifer a su vez con un chasquido hizo desaparecer la comida y apareció un pedazo de carne enorme.

-¿Y podría ser un vasito de sangre? Por favor....- Miré apenada nuevamente.

-Si, pero sangre animal- Me dijo Lucifer y yo rodé los ojos pero asentí.

Luego, salimos con Hades a caminar a los jardines de la casa, todo era tan nuevo para mi, césped, flores, agua y cielo celeste, vida. Caminamos en silencio hasta llegar a un rosal y tuve un pequeño flashback de haberlas visto antes, pero una estaba marchita en la mano de alguien, no le dije nada a Hades para no esperanzarlo de que podía recordar algo cuando probablemente no fuese cierto. Llegamos a una fuente e hizo el intento de tomarme de la mano, la mantuve unos segundos en la mía y la solté, eso no se sentía bien

-Ahora no puedo con esto, no te conozco Hades, todo lo que sentí por ti ya no existe en mi mente, y creeme, lo intento, pero no, ya no es lo mismo-.

Se dio la vuelta y probablemente fue por que le dolió, pero decía la verdad, lo que sentí por él alguna vez desapareció.

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Regresé para molestar.

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-Cos-

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