Una chica que pertenece a la mafia desde que nació, un vacío inexplicable desde la extraña e inesperada muerte de su padre, una búsqueda insaciable de venganza y un maldito amor que le dará vuelta la manera de ver la vida.
Ustedes caminarán sendero...
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-Capítulo 24-
—Hades mírame, por favor, no me dejes— mis lágrimas caían sobre él —Eres mi neandertal, mi chocador, yo... yo te amo Hades.
Tirada en el suelo con él sobre mi regazo y la mafia mirándome, le declaré mi amor al diablo, quién estaba muriendo.
Y ¿cómo? no lo entiendo, no entiendo como un ser inmortal puede estar muriendo frente a mis ojos.
Hades se esforzó por poner una sonrisa arrogante.
—Pequeño infierno...— dijo con tanto cansancio, cada palabra le quitaba vida y mis ojos estaban llenos de lagrimas, tanto que apenas podia verlo.
-hell, puedes ayudarlo-
¿Como? Está muriendo.
-está por entrar en coma, no va a morir-
¿Y qué hago?
-mira a tu alrededor, ¿qué crees que podría ayudar?-
Que mierda, hay miles de cosas aquí, lancé un sollozo, esto es imposible.
-intenta-
Miré hacia todos lados bajo la mirada de los presentes y cuando estaba por rendirme, un destello llamó mi atención, el corazón de Russeltt que yacía a unos metros de mí tenía algo dentro, la piedra Os-Iris da un pequeño brillo.
—Resiste ya vuelvo— dejé a Hades en el piso y corrí al corazón ensangrentado el cual tomo en mi mano y lo abro, este me deja ver una reluciente piedra roja que es similar a un Rubí.
Y ¿qué hago?
-esto será divertido-
No, no!
Me desconectó. Ahora soy una simple expectadora de mi cuerpo, ese es uno de los dones que tiene ella, me desconecta y se hace cargo de pequeños momentos. Solo espero que haga todo bien y que Hades por una vez sea tan importante para ella, como lo es para mí.
Veo como comienza a usar mi magia, hace cosas que yo no sé hacer mientras abre el pecho de hades con una navaja e inserta la pequeña piedra dentro de su corazón.
Quiero solo cerrar los ojos, puedo ver que le duele por como se retuerce.
Obviamente también notó el desconcierto, cómo sabría hacer esto yo?
Luego de unos momentos ella solo se levanta y habla, para mí es como lejana su voz pero entiendo lo que dice.
—Llevenselo, estará bien— los hombres asintieron.
Quiero ir con él.
-está bien-
—¡Esperen, voy con ustedes!— habló nuevamente y se desconectó haciendo que volviera a mi cuerpo con normalidad, solo que algo mareada.
