21 -Hermanas-

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-Capítulo 21-

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-Capítulo 21-

—¡No creo que esto sea muy seguro!— exclamé, los chicos me dieron una espada que pesa mas que yo y ahora estoy peleando con Zeus, este chico no tiene piedad, me está tirando la espada a cortarme la cabeza.

Oh no cuchurrubí, conmigo no...

Comencé a tratar de dar lo mejor de mí, Hades nos miraba serio y frio desde un costado bastante alejado, como ya dije, es bipolar o algo, un segundo es tierno y amable, y al otro anda pateando perritos o congelando con su mirada a pobres almas inocentes.

Le doy una fuerte patada en el pecho a Zeus que hace que caiga a la tierra de espalda, y su espada quede a unos metros de nuestros cuerpos. Rápidamente con mi espada apunto su cuello, no quería llegar a esto, un error y puedo matalo, o tal vez no...

Él me mira con sus lindos ojos azules grisáceos y tiro la espada al suelo para coger su mano y ayudarlo a levantar.
Quedamos muy cerca y nuestras respiraciones chocan, mi cabeza está inclinada, ya que, como todos sus hermanos es igual de alto.

Nos quedamos así unos segundos hasta que despierto de mi trance, y Hades nos está mirando no muy amigable.

—Muy bien, creo que terminamos con la defensa de espadas— dijo entre dientes un disgustado Hades apretando la mandíbula —Vamos a hacer un mano a mano- continuó mientras se pone en guardia y me mira expectante.

—Si no les importa, me gustaría pelear con ella— Dijo una mujer que se acercaba desde otros lugares de pelea. Como todos aquí muy hermosa, pelinegra de ojos azules y con el cabello hasta el trasero.

Miré a Hades en busca de una respuesta y rapidamente contestó.

—Ni lo sueñes Atenea, ella no es tan buena como nosotros— Ah, ella es la diosa de la guerra, con ra... ¿¡Que dijo!? Que yo no qué!?

—Está bien, podemos pelear— Ella me sonrió abiertamente, Hades rodó sus ojos y se escuchó a Dom carcajearse.

Voy a pelear con la diosa de la guerra, Satán protégeme.

—Vamos a hacerlo más interesante..— Dijo Atenea sonriendo, y chasqueó sus dedos. Por instinto, cerré los ojos y cuando los abrí comencé a sentir un frio increiblemente abrazador, toda mi piel se erizó.

Conozco este lugar, por que es uno de mis lugares favoritos en el mundo y nunca tuve la oportunidad de venir, pero ahora que estoy aquí, es probable que no sea nada buena mi estadía.

Estamos en Islandia... A mi alrededor hay colinas con rocas, mucho césped y nos está rodeando el mar del lado derecho, simplemente hermoso, pero no tengo tiempo de apreciarlo cuando tras mi embobada fijación en el paisaje no me doy cuenta cuando un puño cerrado se dirije hacia mi cara. Un sabor metálico inunda mi boca, me rompió el labio la muy perra.

—Se lo que hiciste ¡Mataste a mi hermana!— me agarró del cabello y bajó mi cabeza hasta su cintura levantando su rodilla hasta mi cara y golpeando fuertemente mi mandíbula.

De nuevo terminé con mucha más sangre en mi boca pero esta vez, en el suelo.

Sabía a que se refería, ella es hija de Zeus y es la hermanastra de Perséfone.

Pateó mi estómago dejándome sin aire, la veía desde el suelo con una sonrisa.

-¡Vamos pelea!- Me incitó.

-Perra..- Escupí llena de odio y me levanté.

Le hice un gancho que la tomó por sorpresa y luego comencé a golpear su cara con los puños cerrados, esto había empezado y no me voy a detener.
Nos caímos al suelo y continúe golpeando y golpeando su cara, esta se encuentra llena de sangre.

Apenas respira.

-MÁTALA-

No lo hagas, detente Hell.

-MÁTALA-

Me detuve, con mi respiración acelerada, salí de encima de ella, miré mis manos ensangrentadas y mis nudillos rotos.

No iba a mirar su cara, no puedo.

-mírala-

Lo hice, a la mierda el autocontrol.

No está, ya no está.
Me giré y ahí estaba en una sola pieza, su cara perfectamente angelical.

—¿Como? tranquila, no estás tan loca, solo quería ver de lo que eras capaz, eres muy buena peleando— Se acercó a mi que aún seguía sentada en el piso y me levanté rapidamente —Sé lo de Perséfone, lo supe desde que llegaste al Olimpo la primera vez, cuando no notaste mi presencia en la gran mesa principal, aunque no te culpo, tus ojos estaban en los de Hades— continuó, acercó su mano a la mia y la tomó, no la corrí, pero me inquietaba.

Mis manos comenzaron a sanar y ella me sonrió —No te culpo por haberla matado, era una perra— hizo una pausa —Hay cosas que aún no sabes de tus poderes Hell, pero tranquila, con el tiempo te enterarás de las cosas que se aproximan y de por que tú eres la que tiene el don de acabar con la vida de los dioses, no hables de esto con nadie— Quise responder pero chasqueó sus dedos nuevamente.

Cerré los ojos y cuando los abrí me mareé y caí al suelo de rodillas, Hades tomó mi cara con sus grandes manos, envolvió mi mentón con ellas y recobré la estabilidad, por lo lejos, Atenéa se alejaba y Hades me miraba con preocupación en su rostro.

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Un capítulo algo corto, pero impaktada con todo esto.

Atenéa cura a Hell: flor que da fulgor, con tu brillo fiel vuelve el tiempo atrás, a lo que fue *se queda sin aire ahre*

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~Coss~

Mafia InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora