Una chica que pertenece a la mafia desde que nació, un vacío inexplicable desde la extraña e inesperada muerte de su padre, una búsqueda insaciable de venganza y un maldito amor que le dará vuelta la manera de ver la vida.
Ustedes caminarán sendero...
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-Capitulo 47-
Hades
Pude notar como Hell miraba todo sorprendida, como si nunca hubiese visto nada igual. Mi mirada la seguía desesperada buscando algún atisbo de algo que haya reconocido, lo cual, no fue así, ella solo se encontraba admirando las cosas que parecían ser nuevas para su vista algo desprendida de la realidad.
Un recuerdo de la noche en que se llevaron a Hell cruzó mi mente, el momento en el que Arlec dijo que mi pequeña novia estaba embarazada de gemelos, unos hermosos niños que nunca conoceré. Todos los días me pregunto si hubiese sido un buen padre, alguien de el que ellos pudiesen estar orgullosos. Será algo que nunca podré saber.
Vi a Hell alejarse luego de mi largo estado de pensamientos que me rompían la cabeza de a poco, y traté de seguirla, ella se dirigía a unas escalera de mano que llevaban a la azotea y la dejé subir tranquila sin ir detrás de ella porque llevaba una bonita falda y podría incomodarla. Cuando vi que había terminado de subir comencé a hacerlo yo de prisa para ver qué pasaría.
Llegué al techo y una brisa fría llegó a mi, Hell había quedado detrás mío y de la nada pude notar como se tensó, aun de espaldas noté como dos pequeños y finos brazos rodearon mi cintura y una linda nariz pequeñita se enterraba en mi espalda.
Sonreí y pregunté -¿Qué sucede Hell? - me di vuelta lentamente y vi desde arriba sus grandes ojos verdaceos mirándome fijamente con un pequeño brillo que no entendí hasta que habló.
-Tu olor- Enterró su pequeña nariz en mi pecho sin un poco de vergüenza, para luego hablar nuevamente -Yo recuerdo este olor, menta, café y uno que no podría describir pero sé que amo- titubeó entre si decirme algo o no y se decidió por decirlo -Este olor lo sentía en Idom cuando venías a cuidarme en las noches-.
Me quedé sorprendido, yo nunca había ido a Idom hasta que fuimos a rescatarla... rápidamente interrumpió mis pensamientos volviendo a hablar -Ya sé que parece raro pero seguro no eras tu, yo creé tu imagen en mi mente para saber que tenía a donde ir cuando terminara el día, luego de pasar por todo el infierno en el que vivía día a día- me miró esperando mi reacción.
-Entiendo, perdón por todo lo que tuviste que pasar amor mío- dije con el corazón en la boca, no quería llorar, anda a saber que estuvo pasando allí -ya estás aquí, mientras estés conmigo nada podrá lastimarte nunca más-.
Hell
Hades me parecía tan familiar... era como si lo conociera hace mucho tiempo, no quería aceptarlo, pero a su lado me siento más segura y cómoda que nunca. De la nada lo vi hurgar en su bolsillo y pude notar como de este sacaba algo brillante, hermoso a mi vista. Era un collar de plata con una piedra transparente que a la luz hace reflejos de colores, es precioso.
-Esto es tuyo Hell, me lo diste antes de que te llevaran con tu padre, confío en que te ayudará a recordar, allí está parte de tu poder y tus cosas más importantes, siempre lo llevabas puesto, nunca te vi sin él- Tomé el collar con mis manos y cuando lo sujeté recuerdos vinieron a mi, sentí un poder muy lindo, era magia, y era mía.
