-Capítulo 22-Hades me trajo un vaso con agua y comencé a beber desenfrendamente, tenía sed y no lo había notado.
Seguro tendrían muchas preguntas y tendría que ingeniar una perfecta mentira. Fue raro lo que pasó, y aunque no te debería confiar en Atenéa, algo en mi me dice que lo haga, que es necesario.
Sé que llevo más tiempo con el apoyo de Hades, pero en el fondo sé que tengo creerle y saber a que va todo esto.
—¿Entonces... que te hizo?— preguntó nervioso Dom.
—Nada, solo luchamos tranquilamente sin nada de lastimarnos— se miraron entre sí aún más confundidos.
—¿Y solo eso?— Preguntó ahora Zeus algo serio —Conozco a esa chica como si fuese mi hija y sé que no pelea "Tranquilamente"— continuó; él no me creía, mierda inventáte algo.
—También hablamos, ella quería saber por qué estoy con ustedes y eso...— respondí sin mostrar mi nerviosismo y miré hacia otro lado.
—Bien, supongo que puede haber sido así, capaz solo quería conocerla— dijo un sonriente Dom y me fue un alivio.
Hades por su parte miraba la escena serio y sin expresión alguna, estuvo así desde que llegamos.
Lo miré para atraer su mirada y dentro de unos segundos coincidimos, sus ojos me miraban sin emoción alguna hasta que le sonreí, pude notar un brillo en estos que cruzó y se desvaneció rapidamente para volver a su expresión fria y seria.
—Creo que será mejor que nos vayamos— Dijo Hades mientras me miraba fijamente.
—¿Está bien, y la camioneta?— dije neutra.
—Solo iremos nosotros, Poseidón y Zeus viven aquí— eso tiene sentido, no sé donde viven ninguno de los tres.
Asentí.
Él abrió sus inmensas alas negras y levantó su mano en mi dirección para que la tomara, saludé a los chicos e hice lo que él me señaló.
Una vez que tomé su mano, tiró de mi y quedamos tan cerca que sentía el latir de su corazón, me sonrojé y él sonrió.
Esa sonrisa es hermosa, y transmite tanta paz que viviría de ella.
Enredé mis manos en su cuello, me tomó por la cintura y la parte de atrás de mis piernas. Comenzamos a alejarnos del piso y por el frio que recorrió mi cuerpo enterré mi cabeza en el hueco de su cuello. Tiene un perfume tan delicioso que se combina a la perfección con su característico olor a menta.
Su satisfactor calor corporal me envolvió y me aferré más a él.
Noté cómo su mandíbula se tensó y luego la relajó, para hacer de sus labios una sonrisa, no podía verla pero la sentía. Su agarre se intensificó.
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Mafia Infernal
FantasyUna chica que pertenece a la mafia desde que nació, un vacío inexplicable desde la extraña e inesperada muerte de su padre, una búsqueda insaciable de venganza y un maldito amor que le dará vuelta la manera de ver la vida. Ustedes caminarán sendero...