-Capitulo 29-
—Hades...— me levante del escalón viéndolo llegar en un auto negro, un lamborghini negro bajo el oscurecido cielo de tormenta a venir; su cabello oscuro algo desprolijo me hizo pensar que probablemente pasó su mano por este hace algún tiempo cercano.
Me miró con sus ojos grises llenos de emociones, pero una que pude ver en todo él, la preocupación, sus labios en un tono rosado se vieron tan apetecibles; eso hasta que no solo me veía a mi, si no, a mi aspecto, sangre seca en todo mi cuerpo, manos y ropa era visible, algo de curiosidad preocupante se notó en su cara.
Me acerqué a él y como una niña pequeña me acurruqué en sus brazos, él me abrazó, capaz solo sería un abrazo, pero sentí como sostenía todas mis piezas antes de romperme como porcelana.
—¿Quieres hablar de lo que sucedió?— Preguntó acariciando mi cabello y negué suavemente.
—Solo llévame a casa...— No sé por que dije eso, y tampoco sabía a que lugar me refería, no tengo un lugar al cual llamarle así; lo más cercano a esto, sería Hades, esa seguridad que sientes en una casa, en tu hogar, la siento en él, en mi novio, el dios del inframundo.
Él me cargó en sus brazos como si fuese un bebé -al estilo novia- y comenzó a caminar al auto, para luego dejarme despacio en el asiento de cuero mientras abrochó mi cinturón de seguridad, Su cercanía hizo que todo en mi se estremeciera y dejé de respirar tras tu tacto, una honda de calor llego a mi, y su característico olor a menta con algo de tierra húmeda.
Se detuvo justo delante de mi cara y vi como re relamió el labio inferior.
Puedes besarme, hazlo...
Salió del auto y cerró mi puerta para luego entrar por su lado y comenzar a conducir.
¿A donde me lleva? No tengo ni puta idea.
⋆ ⋆ ⋆ ⋆
Sentí como unos fuertes brazos me cargaban y luego una puerta cerrarse, cosa que hizo que me despertara de una vez, un olor familiar a menta me rodeaba, al abrri mis ojos, lo primero que vi, es a un Hades caminando serio mientras me carga.
—Hades— Lo llamé.
—Uhm?— Me incitó a continuar.
—Puedo caminar, no pasa nada— Aseguré.
A todo esto, mis ojos intentaban reconocer el peculiar y tan familiar lugar donde nos encontramos, paredes rojas y cuadros entraños, alguna que otra estatua, y un extraño olor a azufre mezclado con aroma a flores. Extraño.
Hades se detuvo en uno de los tantos pasillos por los que caminamos y me bajó con cuidado al suelo.
Al quedar firme en el piso negro —tal vez de obsidiana— vuelvo a examinar el lugar donde nos encontramos, y tras un flash en mi mente, recuerdo todo.
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Mafia Infernal
FantasyUna chica que pertenece a la mafia desde que nació, un vacío inexplicable desde la extraña e inesperada muerte de su padre, una búsqueda insaciable de venganza y un maldito amor que le dará vuelta la manera de ver la vida. Ustedes caminarán sendero...