24 -Little Hell-

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-Capítulo 24-

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-Capítulo 24-

Estacioné como pude y muy de golpe el auto en el que venía escuchando "Radioactive" de Imagine Dragons, y esta se apagó cuando giré la llave. Titubeé entre entrar o no, en serio quiero esto, el Gran Banco Central es un avance bastante grande para mi parte en la mafia.

-hell, hades se va a enojar, y mucho-

Cállate, no me importa.

-si te importa, si no, no dudarías en entrar, él te hace débil, eres débil desde que lo conoces y morirás así-

Te voy a arrastrar al infierno conmigo.

-yo ya estoy en el infierno-

Espero te quemes perra.

No me respondió.

Es mi otra mitad, pero a veces decide por mí, piensa las cosas, ella sabe que es bueno y que es malo, pero casi siempre hacemos el mal. Somos eso.

A veces pienso que nadie de mi entorno le cae bien, pero que más da, tiene que conformarse con las decisiones que toma, no es dueña de nuestra vida.

Me decidí y bajé del auto, las botas de mis tacones resuenan por todas las escaleras del gran banco central, donde hoy se llevará acabo uno de los robos más grandes del país, unos tontos creyeron poder hacerlo, pero todo quedará en manos de la mafia rusa, en cuanto tomemos el crédito.

Continúe por las largas y anchas escaleras a paso lento y moviendo mis caderas de un lado a otro.

Sentí una presencia y me detuve.

Rápidamente me di vuelta, un navaja iba directo a la zona de entre medio de mis cejas, la cual logré atrapar solo con mi mano, de la cual de tanta presión comenzo a gotear un espeso líquido carmesí que marchó mi vestido.

Dirigí el cuchillo con toda mi fuerza hacia el costado de mi atacante y corte su oreja haciéndolo tambalerse.

-Manchaste mi vestido- bajé dos escalones.

-Te lo advertí Hell, no tendrías que haber venido- se limpió la sangre de la oreja y me sonrió cínico.

-Y si no, ¿Qué harás?-

No tardó ni dos segundos en llegar que estabamos tirados en las escaleras, él sobre mí y con una mano en mi cuello haciendo presión, la suficiente para cortar mi respiración.

Sonreí.

-¿Te gusta que te ahorquen, pequeño infierno?-

-Me gustas tú- Su sonrisa se suavizó, pero su cara de burla seguía intacta.

Rapidamente nos hice rodar y quedé a horcajadas de él con mi vestido enrollado en la parte superior de mis muslos.

Lo besé, fue un beso apasionado, un "hola, te extrañé" en mi idoma.

Mafia InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora