Una chica que pertenece a la mafia desde que nació, un vacío inexplicable desde la extraña e inesperada muerte de su padre, una búsqueda insaciable de venganza y un maldito amor que le dará vuelta la manera de ver la vida.
Ustedes caminarán sendero...
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-Capítulo 18-
El estúpido sonido de la alarma me despertó, yo quería seguir durmiendo, estaba teniendo un sueño genial sobre que podía volar y conocía a Justin Bieber. Lo sé, extraño pero genial.
Abrí los ojos después de dejar sonar la alarma por unos minutos y la apagué, toda mi habitación se encontraba a oscuras, esas cortinas son la mejor inversión de mi vida. Sin muchas ganas me paré y me dispuse a ir al baño, dónde hice mis necesidades, lavé mi cara y me puse un poco maquillaje, lo de siempre, rimel, corrector de ojeras e iluminador.
Estoy yendo a mi ritmo, todavía tengo tiempo. Cuando salgo del baño abro las cortinas y puedo ver que el día está hermoso, probablemente llueva (parece que Zeus no está de humor hoy...) ¿Pasará algo con sus hermanos? Y si está peleando con Hades?
-Mierda Hell, no te importa eso, son problemas de ellos, no tuyos- dije para mi
-A menos que te caiga un rayo...- respondió metiéndose como si nada.
-que graciosa- le respondí
Sobre uno de los sillones de mi cuarto se encontraba perfectamente planchado mi uniforme que se supone que tendría que usar para ir a la escuela. Solo por que Mechi hizo mi comida favorita, hoy lo usaré, me parece estúpido que con el frio que hace tengamos que usar una falda tan corta. El director por lo menos ya se acostumbró a que no le haga caso (sin querer puede ser que haya amenzado a su familia, bueno solo a su esposa, con niños no me meto)
Ya lista con todo lo necesario para entrar a la carcel, digo... escuela. Bajo por las escaleras y me dirijo hacía la cocina, siendo muy probable que Mechi no estubiera, ya que ella empezaba a trabajar más tarde. Así que me hice un café y unas tostadas para desayunar.
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Ya eran las 6:47 así que comencé a salir de la casa, la escuela inicia a las siete y cuarto, pero como me queda un poco lejos empiezo a caminar ahora para llegar a tiempo. En serio, es la última vez que voy a la escuela con esta mierda de uniforme, estoy temblando del frio y por el viento mi falda se levanta, es la cosa más horrible. Voy caminando por la vereda, viendo las diferentes casas del barrio de ricos donde se encuentra mi casa, obviamente con mi música resonando por mis audífonos. La mayor parte del tiempo caminar, la música y leer me sacan de la realidad en la que estoy viviendo y casi siempre me ha funcionado.
Hecha un cubito de hielo llego a la entrada de la escuela donde chicos se encuentran hablando o fumando. No puedo ver a Hades por ningun lado, pero con este frio no me voy a quedar a esperarlo, así que decido entrar, quedando unos minutos antes de que suene el timbre así capaz pueda acercarme a algun lugar caliente. Cruzando por la entrada mi cuerpo impacta contra algo duro y me tambaleo hacia atras pero unas manos me sujetan fuertemente de la cintura antes de que caiga. —Te tengo— Una voz grave y ronca inundó el silencio. Cuando levanté mi cabeza un chico rubio con muchos rulos de ojos tan azules como el mar me mira fijamente con su ceño levemente fruncido, puedo notar que en sus carnosos labios se asienta un arito negro que hace juego con su linda sonrisa —¿Estás bien?— me saca de mi embobamiento con su pregunta.
Aun con sus manos en mi cintura respondo —Si..si gracias, un completo salvador— ambos nos reimos ante lo que dije
—No es nada, soy Dom— se presentó
—Me llamo...— un carraspeo me interrumpió y al girar mi cabeza hacia la izquierda, Hades nos miraba de mala manera, mejor dicho lo miraba. Su cara era una obra de arte, podía empezar a salir vapor de sus orejas.
—Aléjate de ella— le dijo furioso mientras lo alejaba de mi agarrandolo del cuello.
A caso... me estaba haciendo una escena de celos?
—Hades, sueltalo, Dom no hizo nada—
—¿Dom?— preguntó gracioso y lo miró con unos ojos divertidos.
—Si hades, Dom no hizo nada— dijo como si fuese yo, Dom con una sonrisa bastante sadica en su rostro, eso que Hades lo ahorcaba —¿Podrías decirle a tu perrito faldero que me suelte?— Volvió a hablar hacia mi.
Y mierda, Hades se enfureció y le propinó un fuerte golpe en el labio, una linea de sangre salió disparada manchando una pared de la escuela.
—¡Hades!— No me hizo caso y Dom escupió la sangre que se acumulaba en su boca. Me metí entre ellos y sujeté a Hades del rostro, no me miraba y estaba a punto de golpearlo de nuevo cuando repetí. —Hades, mírame— no quiso retirar su mirada pero lo hizo, mis ojos estaban blancos, los de él rojos. Cuando me vio su respiración se normalizó y su agarre de la camiza de Dom se suavisó.
Empujándolo del pecho hice que retrocediera.
—Vaya...— Dom sonrió y veía en sus ojos algo de... malicia? Rencor? No lo sé, pero no era nada bueno. Pude notar como Hades se tensó bajo mis manos y lo sentí en su pecho, rapidamente para que se tranquilizara entrelasé mi mano con la suya, él miró mi gesto unos segundos confundido y luego comenzo a caminar haciendo más fuerte nuestro agarre, dejando a Dom en la entrada quién me regaló una sonrisa bastante arrogante para mi gusto. Que chico raro...
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—Que demonios te pasa— Le pregunté susurrando en la clase, no habíamos dicho nada más al respecto y creo que es necesario saber que está pasando aquí.
—¿Con qué?— Preguntó desinteresado mientras se daba vuelta en su asiento, el estaba acostado y ahora también, pero mirándome a mi con sus penetrantes ojos verdes.
—Hades, no me trates de tonta, crees que no vi la escena que hiciste?—le susurré medio alto y el profesor me miró de una mala forma mientras explicaba su clase de historia, si no estuviese hablando con Hades me interesaria mucho, ya que está contando sobre mitología griega y como ya se sabe, me interesa.
—No sé de que hablas— cerró sus ojos y dejo de prestarme atención.
—Escuchame...— no pude terminar por que fui interrumpida.
—Lo siento, señorita Gold, le parecería contarnos sobre el tema del que hablabamos, o contarnos que es lo que tan entretenida le tiene?— Hades sonrió arrogante con los ojos cerrados y lo fulminé con la mirada, estúpido.
De la nada escuché la voz de Hades en mi mente —Cronos y sus hijos—
—Pero como...— pensé curiosa pero devuenlta fui interrumpida.
—¿Señorita Gold?— Preguntó el profesor
—Cronos era un mal padre, si nos ponemos a hablar sobre esto, hay que aclarar que es solo fantasía, o la manera en la que los griegos querían darle una explicación a lo que presenciaban — hice una pausa para comenzar con mi explicación— Él era el rey de los dioses, un Titán y padre de los principales, quienes eran Hestia, Hera, Deméter, Hades, Poseidón y Zeus.
»No estaba conforme con la apariencia que estos tenían y se los comía ni bien salían del vientre de su madre, hasta que ella, cansada de que se comiera a todos, en el nacimiento de su último hijo, Zeus; le dio una piedra envuelta en mantas, Cronos se la comió sin pensarlo, y el bebé fue criando por ninfas en una isla. Zeus y su abuela hicieron un plan para que Cronos escupiera a sus otros hijos y salieron de sus tripas enteros y ya grandes. Enojados con él lo cortaron en pedasitos pero muchos creen que Cronos sigue vivo«
El profesor se quedó con la boca abierta y Hades me miraba expectante algo sorprendido por mi conocimiento, unos segundos de silencio por parte de todos y entré los pasillos y aulas resonó el timbre para ir a almorzar.
Me salvó la campana.
_________ Nuevo cap
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