Una chica que pertenece a la mafia desde que nació, un vacío inexplicable desde la extraña e inesperada muerte de su padre, una búsqueda insaciable de venganza y un maldito amor que le dará vuelta la manera de ver la vida.
Ustedes caminarán sendero...
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-Capítulo 6-
Luego de seguir bailando y tomando un poco con los chicos estábamos borrachos y ellos dijeron de querer irse, más por que Ariel se estaba besuqueando con un chico rubio que creo es jugador de basquet en el equipo de la escuela. Los acompañé a la entrada y me quedé ahí fumando un porro que anteriormente había armado en uno de los baños de la gran mansión, le di unas cuantas secas y luego lo guardé en mi cajita de cigarrillos para después.
Iba entrando, cuando devuelta choqué contra alguien haciendo que derramara toda su bebida.
Por Satanás este chico me estaba estresando...
¿El problema? Cuando levanté la mirada, nada podía ser peor, era Airton y su perfecta camisa blanca estaba empapada en algo que parecía ser vino.
-Lo-lo siento, de verdad, no fue mi intención, no me fijé y apareciste de la nada, lo siento tanto- Dije nerviosa, esa camisa se veía cara, obviamente podía pagarla pero podría haberlo evitado.
Entonces él respondió -No pasa nada- Sonrió. Cada vez se acercaba más a mi y yo estaba contra una pared -Puedes pagarla- hice una mueca ante la forma en la que lo dijo pero asentí.
-Dime cuanto dinero quieres, lo necesario para reponerla- dije aún preocupada, pensando en el desastre que soy... Él se acercó más a mi y yo cada vez estaba más nerviosa, mis manos sudaban un poco y no podía mirarlo a la cara.
-Nadie habló de dinero- levanto una ceja sin entender y él fuertemente tomó mi muñeca haciendo presión, me causa algo de ardor y sin siquiera poder hablar pone una mano sobre mi boca.
-Suéltame- dije a punto de gritar y él, haciendo caso unísono me empezó a manosear, era increíble el olor a alcohol que tenía.
Me tapó la boca, e intenté patearlo pero la forma en la que estábamos no me lo permitía, por el amor a la papaya.
-¿desde cuando tan débil Hell?-
-Cállate- le dije a la voz, solo quería desconcentrarme. Veo mis opciones, intento seguir forcejeando o ver a alguien cerca para pedir ayuda y a las únicas personas que alcanzo a ver son amigos de él que están haciendo guardia desde la parte que da hacia el patio y a mi derecha hay una puerta que conduce dentro de la casa, y probablemente esté cerrada.
De la nada, Airton ya no estaba sobre mi y sale volando al piso junto con alguien que lo está golpeando, sólo veo su cuerpo moviendo sus brazos sin piedad golpeando la cara del chico que casi está inconsciente, pero ¿quién es?
Intenté acercarme, y al darme cuenta de que el inesperado defensor era el neandertal mi boca se abrió en una inesperada forma de "o" Mi primer instinto fue gritarles que pararan y como no me escucharon me tiré sobre el chico como si le hiciera un tacle, el terminó en el césped y yo sobre él, nuestras respiraciones estaban agitadas y Airton estaba a un lado con la cara hecha pedazos, mientras que sus amigos solo venían a buscarlo e intentar levantarlo sin poder hacerlo por su estado; se lo merecía, idiota.
