Una chica que pertenece a la mafia desde que nació, un vacío inexplicable desde la extraña e inesperada muerte de su padre, una búsqueda insaciable de venganza y un maldito amor que le dará vuelta la manera de ver la vida.
Ustedes caminarán sendero...
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-Capítulo 15-
Me desperté por la claridad de mi cuarto, pero aún no abría los ojos, quería disfrutar unos segundos más antes de levantarme.
Un momento... ya no vivo en mi casa y Trini ya no está ¿donde mierda estoy?
Lentamente abrí los ojos, teniendo una completa vista de un techo blanco, y cuando quise moverme no pude
No, no, no y no ¡ME MORÍ! Estoy muerta! Tieza como una tabla a tres metros bajo tierra. Los recuerdos golpeaban mi mente tan rápido que me dolía la cabeza. Intenté moverme y pude girar mi cabeza hacía un lado, sobre un sillón blanco estaba sentado Hades mirándome. Si estaba muerta tenía sentido, el es básicamente la muerte...
—¿Estoy muerta?— pregunté impaciente al ver que no decía nada.
El comenzó a reír fuertemente, para sin aire decir —Ojalá, pero no. Te apuñalaron y te tuvieron que operar, ¿lo recuerdas?— Oh si, que gracioso burlate de la vulnerable. No le importo un carajo a este ser, ayer cuando me besó, creí que por lo menos algo sentiría por mí... solo pensar eso hizo que mis mejillas se sonrojaran.
Traté de controlarme.
—Si, lo recuerdo, no soy tonta— le respondí cortante —¿Por qué no puedo moverme?— Le pregunté sin mirarlo, sabía que estaba sonriendo, ¿cómo podía ser tan dulce y luego tan estúpido?
—Creo que la anestesia sigue en tu sistema....— fue interrumpido por una enfermera que ingresaba al cuarto con alguien detrás, y cuando pude ver quien era, tuve ganas de agarrar el florero de mi lado y tirarselo por la cabeza. Sentía desprecio y odio, tanto que antes de que la mujer pudiese hablar, solo con la vista hice que mi padre quedara contra una pared, a unos centímetros del suelo.
Mierda, ¿eso lo estaba haciéndo yo?
Hades chasqueó los dedos divertido eh hizo que la enfermera se desmayara, no sin antes sujetarla y dejarla donde antes el estaba sentado.
—Su..sueltame— Dijo mi padre por la falta de aire, lo miré y lo único en lo que pensa era en cortarle la cabeza con lo que se suponía que hacía. Cada vez me sorprendía más a mi misma.
—Hell, ya basta— Me ordenó Hades, sabía que lo iba a matar, pero no le hice caso, mi padre ya comenzaba a tener la cara morada —Dije, ya basta— volvió a repetir algo enfadado, y con un chasquido de dedos, bajó a mi padre al suelo, quien desesperadamente buscaba aire.
—¿¡Tú le dijiste que estaba aquí!?— Quería parecer mas ruda, pero estar acostada y en este estado me hacía similar a un perrito enfermo.
—Cariño... Yo te busqué con un hechizo localizador, el no me dijo nada— balbuceó aún por la falta de aire.
Lo miré con desagrado —No me llames cariño, eres una escoria para mí, estas muerto infeliz— masgullé y por unos segundos pude ver algo de tristeza en su rostro, pero lo borró rapidamente, los de la mafia no somos muy expresivos ni cariñosos.
