12 -Ojos rojos- ✓

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-Capítulo 12-

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-Capítulo 12-

Lentamente abrí los ojos, estaba frente a la casa de Trinidad, ya estoy entendiendo como funciona esto, pienso el lugar al que quiero ir y aparezco. En realidad estaba pensando en un McDonald's, pero luego pensé en que tendría que conseguir un lugar para dormir, de todos modos sigo con un hambre de mil infiernos, voy a atacar su heladera...

Vi la hora, era algo tarde, las cinco y media, espero no estar molestando.

Me arreglé las chuzas que tenía de pelo y toqué la puerta, una sonriente Rosalía me atendió, ella es la mamá de Trini y tenemos una muy buena relación.

—Hola— La saludé con un corto abrazo y ella me recibió —Me preguntaba si está Trinidad— dije amablemente y ella me respondió tan alegre como siempre.

—Si, está en su cuarto, pasa, acabo de hornear unas galletitas de chocolate... están calientes pero en un rato se las subiré a la habitación—

—Gracias, seguro están riquísimas —ella me sonrió y yo comencé a subir las escaleras.

toqué la puerta del cuarto y abrí cuándo ella me gritó "adelante" sobre la fuerte música que estaba escuchando. Fui hasta la computadora y le bajé todo el volumen, creo que era momento de que Trinidad supiera todo, es mi mejor amiga y la única en la que puedo confiar.

—Oyee, no puedes entrar a mi cuarto y así sin más frenar mi música, tonta— Dijo y yo le sonreí, la amaba en serio, ese carácter que tenía era música para mis oídos.
—Necesito tu ayuda, necesito que me escuches y también necesito poder quedarme aquí un tiempo...— dije nerviosa, ya que no me gusta tener que pedirle cosas.
—Lo que sea, sabes que siempre estoy para ti, y lo de quedarte, mi mamá te ama, obvio que puedes. Ahora, cuéntamelo todo—

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Pasamos horas en la habitación, era impresionante lo que podía hacer hablar esto con alguien, lloramos ambas por cosas que aún no entiendo, hicimos bromas sobre los raros poderes y me regañó por estar en la mafia, pero eso fue lo de menos. Literalmente le conté todo, desde la vez que choqué por primera vez con Hades hasta ahora, y toda mi vida que ella conocía, pero no del todo.

Después de todo el drama su mamá nos llamó para comer, aún no le decíamos lo de que me quedaría.
En la mesa, los hermanos gemelos de Trini ya estaban sentados haciendo desastre con la comida, tenían 4 años y eran pequeños demonios.

Cuándo estábamos sentadas Trini le comentó a su madre sobre que me quedaría y ella aceptó contenta, pero con la condición de que probara todas sus comidas, ya que necesitaba un juez, obviamente yo feliz acepté, quién no...

—Hell, necesitamos que sepas algo, lo estuvimos charlando antes de comer con mi mamá y bueno, con todo lo que me contaste más, sé que es mucho para asimilar y entiendo si no quieres estar aquí...— fue interrumpida por su madre que parecía impacientada con que su hija no terminara de contar lo que debía.

Mafia InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora