-Capítulo 2-
Recordé que tenía que ir a la dirección por un papeleo y me dirigí hacía la oficina del director. Toqué dos veces la fea puerta verde y cuando escuché un "adelante" por parte de la secretaria, entré tranquilamente y la saludé con un asentimiento de cabeza.
Mirando los cuadros distraída que se encontraban sobre su cabeza, corrí la mirada ligeramente hacia el otro lado de la oficina, donde sentado, mirándome con una sonrisa arrogante, estaba él, el neandertal que me chocó en la entrada.Solo rodé los ojos y me paré firme para hablar con la secretaria.
-Hola, buenos días, el viernes pasado mi asistente social me dijo que viniera a hablar con usted por los papeles de transferencia de escuela, mi nombre es Hell Gold- dije nerviosa, ya que no me gustaba nada tener que decir que tenía un asistente social, eso significaba problemas y en una escuela de ricos tener problemas, te hacia inferior a los demás. Además de un gran motivo por el que podrían molestarte.
Ella solo asintió masticando sonoramente un chicle y haciendo globos con este, para de una vez ponerse a buscar en su ordenador, cuando a los minutos cogió una carpeta con el papeleo de mi transferencia y algunas cosas medicas.
-Vaya historial niña...- Dijo esta con una sonrisa forzada y se giró en su silla para recoger un papel que había salido de la impresora, que ahora sí, con una sonrisa natural, entregó al neandertal que miraba la escena con cuidado y curiosidad, aunque aún con esa sonrisa burlona, como si intentara entender de que hablaba la mujer frente a mí.
-Gracias- Dije sin más y haciendo como que no había escuchado lo que antes mencionó.
Salí de ahí, fui al baño en el que me tomé mi tiempo para no entrar a clases, y luego de un rato me dirigí a mi salón desganada.
Abrí la puerta como si fuese mi casa y el profesor, un viejo gordito que daba su clase ¿de...? La verdad ni idea, me dio una mirada de enojo y cara de querer arrancarme la cabeza.
-Sabe usted que no puede entrar así a una clase y menos si llega 20 minutos tarde, ¿no señorita Gold?- Habló fuerte apretando los dientes y yo contuve una risita.
Una sonrisa se asentó en mi linda carita y luego dije -Tampoco te puedes coger a la cocinera en el armario de limpieza e igual lo haces, casualidades de la vida, ¿no?- Se escucharon unos "uuuhh" y otras frases con respecto al comentario mientras que el profesor se ponía rojo de la vergüenza y yo avanzaba entre las mesas de a dos para llegar a mi asiento.
Y oh sorpresa, este estaba ocupado, por nada más y nada menos que el estúpido chico de la entrada.
Me pareció muy raro que vaya conmigo, creí que era más grande, pero no me interesa en realidad.
¿Algo más puede salir mal?
Hice un carraspeo y este levantó su cabeza, todos nos miraban, o mejor dicho, todos lo miraban a él.
-Ese es mi lugar, muévete- Dije apretando los dientes y él me dio una sonrisa de boca completa en la que se veían sus brillantes dientes.
Mientras miraba alrededor del banco como si buscara algo y luego habló -Lo siento, no me es posible ver tu nombre en ningún lado, pero si quieres, el asiento junto a mi está libre- me miró triunfante y divertido con el pequeño show.
Hizo devuelta esa estúpida sonrisa arrogante que tenía en la dirección, lo miré mal y solo me senté, no necesitaba otra expulsión.
Saqué mis auriculares y puse mi música a todo volumen.
Después de una larga charla del profesor, a la cual no prestaba atención, ya que no escuchaba nada mientras hacía un dibujito en la mesa. Una presión insistente en mi hombro hizo que girara a ver a mi compañero de banco el cual me clavaba un dedo sin pudor en el brazo e hizo que me sacara un auricular para escuchar que idiotez iba a decir ahora.
-Hay que leer un libro para la clase que viene, elige uno de los que hay en la pizarra- Dijo con un tono aburrido y miré hacía ésta, habían buenos libros, pero había uno llamaba mucho mi atención y que ya había leído, "Orgullo y prejuicio", así que levanté la mano y elegí ese.
Sin dejarme decir nada tocó el timbre y tomé mi mochila, no tuve que guardar nada ya que no había sacado las cosas de esta.
Miré el reloj y recién eran las ocho treinta, este timbre no suena hasta las 9:15, cosa que me pareció extraña, y como si la vida me escuchara, por los altavoces la voz de la secretaria resonó por todos los salones y pasillos diciendo: "Alumnos de la escuela secundaria Billstone se les pide que dejen sus salones con calma, las clases se suspenderán por una fuga de gas, desde ya, muchas gracias"
Todos comenzamos a salir apresuradamente y no por la fuga, si no para aprovechar su día libre sin escuela.
Esto era muy bueno, viernes sin clases.
Cuando iba caminado por el pasillo una chica me detuvo y me entregó un folleto que era para asistir a una fiesta hoy en la noche, y sin duda iría.
Busqué con la mirada a los chicos del otro salón para encontrar a mi mejor amiga Trinidad y después de escanear a toda la gente en una esquina cerca de los casilleros estaba ella, es una chica muy linda, tiene un pelo largo, negro como la noche y ojos cafés muy bonitos; no sé por que es mi amiga, es tan buena persona y yo tan... desastre con patas, pero bueno.
Me acerqué a ella y noté la presencia de mi otro amigo Ariel. Corrí y los abracé desde la espalda a los dos, tenía que comentarles sobre la fiesta.
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~Coss~
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Mafia Infernal
FantasíaUna chica que pertenece a la mafia desde que nació, un vacío inexplicable desde la extraña e inesperada muerte de su padre, una búsqueda insaciable de venganza y un maldito amor que le dará vuelta la manera de ver la vida. Ustedes caminarán sendero...