9 -Bar en llamas- ✓

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-Capítulo 9-

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-Capítulo 9-

Ya era lunes y estaba esperando fuera de la escuela para entrar.
Hades tendrá que quitarme esto de la muñeca o lo mataré; espera... ¡demonios, no lo puedo matar! en ese caso voy a cortarle todo su cuerpo en trocitos y lo voy a meter en una licuadora.

Está bien, solo es un tatuaje, pero si soy capaz de hacerlo.

Justo antes de comenzar a arrancarme el cabello con las manos, el timbre tocó indicando que entráramos y me dirigí lo más rápido posible al salón, por supuesto aún no había llegado ni el profesor, pero por lo menos podría esperar a Hades en la comodidad de mi pupitre...

Los minutos pasaban, la clase pasaba y Hades no se dignaba a aparecer.

Satanás y todos los infiernos, no puedo quedarme con esto en la muñeca, no es que no tuviese más tatuajes, es más, tengo varios; el problema es que la cosa brilla, sí, brilla.
No entiendo la razón del estúpido brillo pero en ciertos lugares y momentos empieza a brillar, no sé como evitarlo o como hacer que no sea visible tal luminaria.

Como siempre, sin prestar atención a la clase, el timbre suena haciendo que todos se levanten y salgan del salón.
Cuando estoy por acercarme a la puerta para salir, la profesora -que por cierto es una suplente que no conozco- me llama y me hace una seña para que me acerque.

-Srta. Gold, es un gusto finalmente conocerla- era extraño que diga eso, pero aún más lo fue cuando las dos puertas de entrada al aula y la ventana abierta se cerraron de golpe -Probablemente no me conozcas, me presento, soy Perséfone- No necesitaba que diga más, ya sabía quién era, es la Reina del mundo de los muertos, o en otras palabras, la diosa del inframundo por casamiento. Ella es la esposa de Hades.

»Él la llevó al inframundo tras un engaño y para volver, su madre la diosa de la fertilidad (Deméter), le pidió al padre de su hija, Zeus que la ayudara y que la sacara de las manos de su hermano Hades, y éste le dijo a Hermes, (el dios encargado de mandar mensajes y comunicados) que fuera a la tierra de los muertos a buscarla, con la condición de que ella no comiera nada en el camino. Hades aceptó que volviera, pero antes, sin ser visto por Hermes, la hizo comerse seis semillas de granada cosa que hizo que ella pudiese estar seis meses en la tierra y luego volver al inframundo. En el tiempo en el que Perséfone estuviese abajo, su madre haría que todo se congelara y no dejaría que los cultivos dieran fruto hasta que su amada hija volviera. Esa es una de las tantas historias que hacen referencia a la forma en la que cambian las cuatro estaciones«

-Eres una chica inteligente, puedo notarlo, probablemente eso haya atraído a Hades y sea la razón por la que me ha mantenido tanto tiempo sola allí abajo, pero pequeña, hay algo erróneo en tu relato mundano...- Se acomodó sobre el escritorio y me miró a los ojos- Mi madre nunca quiso buscarme, ella me mandó con Hades en un sucio pacto en el que fui parte de un intercambio; mi madre se deshacía de mi, una hija mal creada e imperfecta, la pequeña mancha de sangre que manchaba los rebaños de ovejas y Hades conseguía una mujer sedienta de sangre que cuidara su reino- Fruncí el ceño tras su relato y ella se mantuvo mirándome con los ojos bien abiertos con una mirada algo triste -Hades era sádico y buscó algo dañado que no podría empeorar, esa fui yo, y si me empeoró- De un pequeño salto se incorporó y se puso de pie.

Mafia InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora