Una chica que pertenece a la mafia desde que nació, un vacío inexplicable desde la extraña e inesperada muerte de su padre, una búsqueda insaciable de venganza y un maldito amor que le dará vuelta la manera de ver la vida.
Ustedes caminarán sendero...
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"No puedes romper lo que ya está roto"
-Capítulo 34-
Anonadada miré con ojos completamente abiertos al señor Satanás quien hace unos pocos segundos sólo lanzó una bomba algo difícil de pasar, como un corazón de aceituna.
Que alguien traiga tequila, seguro arde menos que lo que acaba de decir; hasta el mismísimo infierno arde menos que esto.
Rápidamente corrí mi mirada hacia el otro lado, donde un Hades con cara de " yo no sé nada" parece tratar de simplemente arreglar un conflicto contra mi, que aún no existe.
-No era necesario que lo dijeras de esa forma- Habló mi padre por primera vez, luego de estar impaciente observando con una cara de desaprobación.
-¿Y cómo se lo dirías tú?- Lo observó divertido -¿Tardando tres horas y un infinito mientras nuestro padre está furioso con todo lo que está pasando?- Refunfuneó.
-¿Nu-nuestro padre? Él está vivo después de todo?- Pregunté y hablé algo enfurecida y triste.
-¿Vivo? ¡ja! Vivo y furioso, tenías una misión y no la has completado pequeña Hell...- Sonrió y para nada temeroso.
-No entiendo de que hablas, y espero tener tiempo de que expliques luego de que encuentre al hombre que me abandonó todos estos años bajo sufrimiento y dejándome creer que había muerto- hice una pausa y respiré, sólo necesito contener todo bien adentro -Sólo dime donde se encuentra mi padre Luzbel- me acerqué a él ya sin mucha paciencia.
-Nuestro pa...- Lo interrumpí.
-Aún no creeré que eres mi hermano, deja de hacerte el listo, porque podré tenerte respeto Satanás, pero en el juego de mi familia no se mete cualquiera a jugar- Entendí que mis ojos ya habían cambiado de color cuando sus cejas se levantaron de sorpresa.
-Nuestro padre está arriba- Habló ahora serio.
-La tierra es muy grande ¿lo sabes no?- Rodé los ojos.
-Nunca mencioné la tierra- dijo y mi instinto de confusión fue fruncir el ceño a tal punto que volvió a hablar para explicar algo aburrido -Nuestro padre está en el cielo, junto a todos sus críos perfectos y hermosos- abrí totalmente mis ojos y entendí todo...
Mi padre es Dios.
-Exactamente- leyó mi mente.
-Pequeña, todo este tiempo quise decirte y siento tanto no haberlo podido hacer, tu padre no es un buen hombre y sólo piensa en él, sólo ha querido más y más poder- bajé mi cabeza por la decepción, mi padre me quería... -Por algo tu hermano está aquí y no allá arriba- negó con asco.
-Por que es mejor que padre y él teme ser destronado- apreté mis puños y se escuchó como Luzbel chasqueó la lengua -Debo verlo- volví a hablar.
-Él te espera impaciente- dijo el que empiezo a creer que es mi hermano.
-Quiero verlo cuanto antes y aclarar algunas cosas- un extraño presentimiento vino a mi y sólo lo dejé pasar tratando fuertemente -Hades, volvamos de inmediato, Satanás viene con nosotros- me acerqué a él.
-Como ordene mi capitana- fingió una voz militar y fuerte que me hizo reír.
Pequeño tonto y hermoso Hades, nunca imaginé que nosotras podríamos enamorarnos así, realmente te amamos chocador. Él se sonrió y me observó detenidamente, sus ojos grises me mostraron amor explotando y el como escuchó lo que dijimos.
-Podría decirte tantas cosas... Pero si te fijas en la forma que te miro, ya deberías saberlo todo- Escuché a Hades susurrar en mi mente, cosa que hizo que todo el vello de mi cuerpo se erizara.
-Ya dejen de cucarachear y vámonos- dijo Lucifer jugando con un papel que tiene en su mano aburrido.
-Tú también puedes abrir el portal ¿lo sabes no?- Preguntó rodando los ojos Hades y puta madre que se vio sexi haciendo eso...
Me guiñó un ojo.
Atrevido...
-Lo sé, pero quiero ver a mi pequeña hermana hacerlo, sólo hay una persona en el mundo que puede hacer mis portales y lleva mi sangre, debo comprobar que tan bien son creados- Sonrió arrogante y ahora todos rodamos los ojos.
-Adiós Francisco, fue un placer verte, tanto como lo fue asesinarte querido padre- Giré y rápidamente abrí mi portal rojo que crucé sin escuchar nada más que una risa y un "Pequeña asesina"
Abrí lentamente mis ojos y observé a mi al rededor, crucé el portal pensando en mi padre, en todos los sentimientos cruzados que estoy enfrentando.
Odio.
Rencor.
Y ganas de cortarle la garganta a alguien; específicamente a mi progenitor.
Giré observando todo y sin conocer el lugar donde me encontraba, pero sintiéndolo familiar en un punto.
Escuché un ruido y fue ahí cuando Hades y Luzbel llegaron detrás de mi.
-¿Dónde nos encontramos?- Miré a mi supuesto hermano.
-En el cielo, hermanita- hogar dulce hogar Lucifer...
-Como encontraremos a mi padre aquí, es inmenso- Miré hacia todos lados y una ciudad completamente hecha de tonos blancos, dorados y plateados nos rodea; gente con inmensas alas blancas semi-desnudos pasean por ahí, algunos más apurados que otros.
-Aquí estamos en el primer cielo de siete, y padre es probable que esté en el quinto- Lo miré aún más confundida y con cara de ¿cómo demonios subimos hacia quinto cielo? -Sólo necesitamos encontrar a Gabriel, él puede llevarnos.
Tardé unos segundos pero reaccioné e hice una cara extraña.
-¿Cómo es que tú, un ángel caído está aquí?- Lo miré sorprendida.
-Simple, tengo que hacer algunas cosas para nuestro padre y puedo subir, alas sigo teniendo- asentí aún algo confusa.
-Y ¿cómo es que no están intentando cortarlas?- Dije refiriéndome a sus alas negras que por cierto están completamente visibles.
Son tan parecidas a las de Hades...
-Hay como cinco Ángeles siguiendonos desde que llegamos y vigilan que no haga una estupidéz- dijo sarcástico a la vez que algo triste.
-No lo harías, siguen siendo tu família y entiendo todo lo que sucedió, no estuvo para nada bien- respondí algo dolida.
-Nunca entendí por qué aun sin saber que soy tu hermano me tuviste tanto cariño y me defendiste por sobre todo- Habló extrañado ahora él.
-Siempre te preferí antes que a nuestro padre, no podría identificarme con una fe tan falsa e hipócrita- Lo miré y sonreí -Nunca creí poder estar cerca tuyo, de ninguna manera, me siento como si estuviera conociendo a mi artista favorito- finalicé.
-No soy un artista- sonó cortante.
-Para mí eres increíble- hablé nuevamente y me desconcentré al pensar en Hades.
Miré a mi alrededor y él no se encontraba por ninguna parte, mi corazón latió de una forma distinta.
-Ni puta idea donde está tu enamorado- respondió tras leer mi mente.
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Otro capítulo más, por suerte estoy algo más inspirada...
