La Novia de mi Hermano

Epílogo

-Esta buena.- le dije a Caroline.

-Re buena diría yo.- y asentí.

-¿De qué sabor es el tuyo?

-¿Sabor?.- me mira.- ah te referías al helado.- se ríe.

-Obvio, ¿A que creías?

-Aylin.- mire a mi amiga en su traje de baño.-me pone verla así.- sonríe y le pegué .-¡Auch!.- soba su brazo.- ¿Que tienes?

-¿Eres idiota?.- la mire feo.- ¿Cómo crees que le diría a Aylin que esta buena?.

-Lo siento.- vuelve a sobar su brazo.- es que Ema, la veo y siempre me pregunto ¿que bueno hice para que ella esté conmigo?.- suspira.- me mató terminarle.

-Ella estaba peor.- le dije.- pero comprendía, estabas pasando por un dolor y sólo te dio espacio, ya luego peleó por ti.- mire a mi amiga.- ella no se da por vencida.- Caroline asiente de acuerdo.- además eres tonta.- ella me mira.- ¿Terminarle?.- bufee.- Wey están casadas.- ella rueda sus ojos.- mínimo era el divorcio.- digo en broma.

-Buen punto.- suspira.

-Siento lo de Becca.- la miré triste.

-Yo también, pero me alegra que se haya ido en paz consigo misma.- hace un intento de sonrisa.- lo que no le disculpo es que me haya nombrado su heredera absoluta.

Habían pasado cinco años, en los mismo que Becca lucho por su enfermedad, pero perdió la batalla, cuando Caroline se entero que ya no había nada que hacer emprendió un viaje junto con su hermana y su ahora esposa Aylin, recorrieron casi todo el mundo en seis meses, cuando retornaron a Vancouver, Becca falleció, acompañada de las personas que más amo.

-Hola mi amor.- mire a Camila, que se sentaba en mis piernas, rápidamente coloque mi mano en su cintura.

-Hola hermosa.- besó su hombro.

-¿Que hacen?.

-Hablábamos de lo buena que está Aylin.- dice Caroline.

Suelta una risa porque de inmediato Camila se giro a verme y negué con mi cabeza, a la tontería que nuestra amiga decía.

-Se la ve, feliz con los niños.- comenta mi esposa.- ¿Han pensado en tener hijos?

-No.- Mira detenidamente a su esposa.- jamás hemos hablado sobre eso.- se levanta de la silla de playa.- iré hablar con ella.

Nos encontrábamos en una de las playas de Veracruz, pasando un fin de semana en familia y con eso me refiero a toda mi familia, que consistía en mi amigas, mis padres, mi mamá, la mamá de Camila, sus hermanas y así.

-Mamá.- dijo nuestra pequeña Elan que ya tenía ocho años.- Tyler me está tirando arena en los ojos.- dijo intentando restregar sus ojos.

-No lo hagas cariño.- le dijo Camila.- que va hacer peor.- se levantó de mi pierna.- iré por unas toallitas humedas, habla con Tyler.- me ordenó.

-¡Si Mamá!.- dije en forma militar, ella me lanzó una mirada mordaz.- ¡Tyler!.- lo llamé y mi hijo se acercó a mí con la cabeza gacha.

-Hola mami.- intento acercarse para besarme, pero él sabía que eso no funcionaba conmigo.

-No.- él detuvo su andar.- ¿Que hemos hablado de molestar a tu hermana?

-Pero es que no juega conmigo.- dijo enojado.- siempre anda con las tías y no juega conmigo.- sonreí al ver su berrinche.

-Ven campeón.- él camino despacio hasta a mi.- debes de pedirle una disculpa a tu hermana.- me puse a su altura.- no es bueno que le hagas eso.- tocó su cintura y él mira por encima de mi hombro, me gire un poco y ahí vi a mis chicas conversar, Elan estaba enojada.- ve a pedirle disculpas.- le digo y él asiente.