Capítulo 23.- Parte II.

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05 de Agosto, 2019.

Salí de mi habitación, acomodándome el bolso sobre el hombro y apresurándome antes de que se hiciera más tarde.

―¡Thomas! ¡Ya me voy al trabajo! ―Grité de este lado de la puerta, de su lado se escuchaba la música alta.

―¡No, gracias. Ya desayuné! ―Regresó.

Puse los ojos en blanco, sin agregar nada más a nuestra casi inexistente conversación. Tomé una botella de agua del refrigerador y me encaminé a la puerta. Suspiré con pesadez cuando escuché que tocaron.

Cuando abrí, lo primero que vi fue al hombre del otro lado. Su mano estaba arriba, puesto a que acababa de golpear.

Instintivamente, retrocedí un par de pasos, sintiendo mi corazón empezar a latir con rapidez, producto del pánico.

Él parpadeó y contuvo la respiración, como si no terminara de creer que soy real.

Como si no creyera que realmente estoy frente a él.

―Amor... ―Su voz apenas fue un murmullo bajo.

Negué frenéticamente con la cabeza, aferrándome a mi bolso.

―No, no, no ―Mi tono fue débil, asustadizo―. No puedes estar...no puedes estar aquí.

Tragó saliva.

―Te he extrañado como un demente ―Intentó acercarse.

―Tienes que irte ―Pedí―. Por favor, Bruno. Vete.

―No. No quiero irme, solo quiero verte, escucharte ―De nuevo parpadeó―, tenerte cerca.

―Estás ebrio ―Señalé.

Movió la cabeza de un lado a otro.

―No.

―Estás ebrio, Alighieri ―Afirmé.

El hombre hizo una mueca.

―Tal vez soy un cobarde que no puede pararse delante de tu puerta sin llevar algunas copas encima.

Miré detrás de mí, rogando que mi hermano permanezca en su habitación, por lo menos hasta que Bruno se vaya. No quiero que se conozcan ni que Bruno se acerque a Thomas.

Empujé la puerta para cerrar y dejarlo fuera, pero él no lo permitió.

―Por favor, Lara. Hablemos ―Susurró.

―No hay nada de qué hablar. Solo quiero que te vayas de una vez por todas ―Apreté los dientes―. ¿Qué no te das cuenta de que no quiero estar cerca de ti?

Una vez más traté de cerrar la puerta, ocasionando que de nuevo se negara a permitírmelo.

―Lara...

―Lárgate ―Repetí. Esta vez, en un tono amenazante―. Mi hermano está aquí y no quiero que te vea.

―Lo hará si no hablas conmigo ―Me señaló―. Pero si no quieres hablar en privado, está bien. Que nos escuche si eso es lo que quieres.

De nuevo pretendió abrir la boca, listo para soltar todas las palabras que quería decirme. Antes de que lo hiciera, salí al pasillo y cerré detrás de mí, esperando que eso, junto con la música que Tommy tiene en su habitación, sean suficientes para que no logre escucharnos.

―¿Qué es lo que quieres? ¿Vienes a dañarme más de lo que has hecho?

Negó lentamente con la cabeza, recargándose contra la pared para lograr mantenerse de pie.

Seduciendo a tus demonios © [Destructiva Obsesión #1] ✔✔ EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora