Capítulo 45.

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"Toma un ángel por las alas.
Ruégale ahora por todo
Ruégale ahora por un día más".

―Angel by the wings - Sia.


Estoy aturdida.

Todo me da vueltas.

Me voy a desmayar.

Sí, estoy segura de que eso pasará.

Neal colocó sus manos en mis mejillas, lo noté mover la boca, pero no pude escuchar nada de lo que me está diciendo.

Me sacudió ligeramente, tratando de que me enfocara.

―Mírame ―Me pidió.

Intenté mirarlo a la cara, pero solo pude ver la mancha de sangre extenderse por toda su camiseta blanca.

Está perdiendo mucha sangre.

Le tengo terror a la sangre. Entro en pánico cuando veo tanta.

―Hechicera, mírame. Mírame a los ojos, no la herida ―Volvió a decirme―. Enfócate en mí, por favor. Enfócate en mis ojos.

Lentamente subí la mirada a la de él y la sostuve. Se mira pálido, cansado. Está haciendo un esfuerzo descomunal para no desvanecerse.

―Respira. Intenta respirar y tranquilizarte, ¿bien? ―Su tono fue tranquilo. Esto lo dijo mientras acariciaba mi cabello y mi piel con el propósito de calmarme.

Automáticamente hice lo que me pidió, porque no se supone que yo deba ser la ridícula que está aterrada.

¡Por Dios!

¡Ha sido él quien recibió ese disparo!

No puedo hacer que esto crezca más, tengo que calmarme por él.

Vamos, Lara.

Tomé respiraciones profundas un par de veces más hasta que finalmente, pude sentir que la presión en mi pecho disminuía considerablemente.

―Tienes que sentarte ―Formulé, obligándolo a moverse hasta la pared. Lo hice sentarse en el suelo. Se recargó contra la pared y volvió a llevar su mano ensangrentada a su abdomen. Me levanté deprisa y dejé que mis ojos viajaran por toda la habitación.

No hay un lugar en donde pueda descansar más que el suelo. Hay algunos galones de agua, unas repisas con comida enlatada, toallas, municiones, un par de mantas y algunas cajas. Me acerqué rápidamente a ellas y comencé a rebuscar en el interior.

―Un botiquín, necesito un botiquín...―Comencé a murmurar, revolviendo todo lo que se me aparecía enfrente, algunas latas y cajas cayeron al suelo a medida que removía los estantes.

Hasta que finalmente encontré un botiquín. Lo abrí rápido, y solo conseguí que mi esperanza se arrastrara por el suelo. Dentro solo hay algunas gasas, pomada para quemaduras, aspirinas, curitas y alcohol.

¿Yo que mierda haré con aspirinas, pomada para quemaduras y curitas en una herida de bala?

¡Mierda!

Boté la caja y procedí a tomar las mantas, una toalla y una botella de agua.

De nuevo fui a donde estaba un Neal que con cada segundo que pasaba, perdía más sangre. Coloqué dos de las mantas en el suelo y después me arrodillé junto a él, abrí la botella y se la di.

―Bebe, la necesitas ―Lo animé. Abrí su camiseta y por unos segundos me quedé en blanco al ver la herida. Reaccioné cuando supe que no debía perder más tiempo y presioné la toalla contra su abdomen, intentando detener el sangrado.

Seduciendo a tus demonios © [Destructiva Obsesión #1] ✔✔ EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora