Seduciendo a tus demonios © [Destructiva Obsesión #1] ✔✔ EN FÍSICO

Capítulo 01.

IMPORTANTE: Recuerda que los capítulos son en pasado y presente (este capítulo es en pasado, el 02 será en presente y así de uno en uno hasta llegar al capítulo 26). He visto que varios lectores se confunden por eso, pero solo hay que estar atento a las fechas.
NO es necesario leer Elaine para entender este, lo aclaro nuevamente. Esta historia la entenderás mejor conforme pasen los capítulos.💖

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Año 2015:

Después del funeral, mi hermano y yo tuvimos que volver de nuevo a casa, la que era de mi abuela. Durante todo el trayecto en taxi no dijimos absolutamente nada, tenemos el corazón roto y realmente ahora solo queremos descansar.

El auto se detuvo en la avenida y le pagué al conductor para después bajarnos.

―¿Qué están haciendo? ―La pregunta de Tommy me sacó de mis pensamientos, por lo que lo enfoqué y hundí las cejas―. ¡Eh! ¡¿Por qué están sacando nuestras cosas?!

Miré la dirección en la que él lo hacía y me quedé sin habla cuando vi a varias personas sacando los muebles de la casa, todo lo que poseíamos estaba siendo dejado en la acera, como si fuera basura.

Mi hermano corrió hacia el hombre que daba instrucciones, lo seguí, aferrándome a mi bolso y sintiendo el enojo crecer dentro de mí.

―¿Qué mierda están haciendo? ―Pregunté con los dientes apretados, posándome al lado del hombre viejo y regordete.

―Desalojando ―Soltó sin más y se giró para seguir dando órdenes.

―No pueden hacer eso...es la casa de mi abuela. No pueden sacarnos así sin más, es ilegal ―Gruñí, captando la atención del hombre.

Levantó una hoja que parecía ser un documento redactado.

―Claro que puedo si dicha propiedad, está hipotecada.

Contraje el rostro.

―¿Hipo...hipotecada? ―Alcancé a formular.

―¿Acaso es sorda? ―Inquirió con brusquedad―. Eso fue lo que dije.

Apreté los puños.

―¡No está hipotecada! ¡Y quiero que vuelvan a dejar todo como estaba ahora mismo! ―Ordené.

―Su abuela tenía deudas, puso su casa en garantía. Ahora que está finada, la propiedad ya no les pertenece.

Negué rápidamente.

―Yo...hablaré con el banco. Lo solucionaré, pero por favor...no hagan esto ―Pedí en voz baja, suplicante.

El hombre me miró con lástima.

―La cuestión, señorita, es que esta deuda no tiene nada que ver con el banco ―Contestó.

Y lo entendí.

La obsesión de mi abuela por el juego, por apostar.

Puso en garantía nuestra casa.

Sumándole las deudas que ya tenía con el banco. Estamos hasta el cuello en esto.

―Por favor, señor ―Rogué, mis ojos ya estaban llenos de lágrimas y alejé a mi hermano cuando trató de intervenir―. Mi abuela acaba de morir, no pueden hacernos esto. No pueden dejarnos sin nada...

Él hizo una mueca.

―Lo siento, señorita Spencer. Pero no hay nada que pueda hacer por ustedes ―Soltó―. Mis más sinceras condolencias por su abuela.