Capítulo 44.

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Neal.


Genial.

Lo único que faltaba, para que este día se fuera directo a la mierda. Más de por sí.

Lo último que deseo ahora, es tener que aguantar a Alighieri.

Ya he tenido suficiente por hoy. Tuve suficiente cuando fui informado de que la misión se adelantó. No me iré a mediados de octubre como estaba previsto. No, me iré la primera semana de septiembre.

Y solo quería sentarme, reflexionar sobre eso y buscar una manera de decírselo a Lara.

¿Sorpresa? Ahora tengo al resentido de su ex, apuntándome con un arma.

Que bien.

―¿Sabes? ―Comencé―. La última vez que alguien entró sin invitación a mi hogar, las cosas no resultaron muy bien. Aún está la mancha de sangre en mi alfombra de lo que alguna vez fue un hombre con vida. Digo, por si quieres ir a comprobarlo.

Aunque seguro lo sabe, después de todo tengo mis razones para pensar que él mandó a esa gente a asesinarme.

El italiano soltó una risa seca y vacía.

Pero que humor.

―¿Crees que de alguna manera eso me hará temerte? ―Su tono también fue seco―. No soy yo al que le están apuntando con un arma. En todo caso, tú deberías temerme.

―Tú lo único que me provocas es asco. Tanto asco, que no te toco ni con guantes.

»Aparte, si quisieras dispararme, lo habrías hecho en cuanto crucé el umbral ―Recalqué.

Esta vez, dejó escapar una risa burlona.

―Buen punto ―Murmuró, alejándose y por ende, alejando el arma.

Lo vi rodearme y lo vi caminar a mi sofá con toda la familiaridad del mundo. Como si fuéramos lo superamigos que todos los sábados beben cerveza mientras miran el partido en la televisión.

―Te equivocas en algo, claro que te dispararía, es lo que más quiero en el mundo. Pero no lo haré hoy ―Remarcó la última palabra―. Estoy aquí por otra cosa. Algo que necesito hablar contigo.

―Mira, si de nuevo vienes a sobornarme para que deje a Lara, pierdes el tiempo ―Me crucé de brazos.

―Esta vez, no es por... ―Comenzó, lanzándose al sofá y dejando caer la carpeta que sostiene a su lado. Al momento en el que su cuerpo cayó, un objeto que se encontraba en el sillón, rebotó y cayó al suelo. Bruno miró dicho objeto, por lo que se interrumpió a sí mismo―, eso...

Se inclinó para tomar la cadena entre sus dedos. Sus ojos viajaron por cada detalle en ella.

Es de Lara. Es el collar que tanto adora, ese que le obsequió su abuela.

Se le debió caer ayer mientras follábamos, cuando la tenía contra mí, mientras me abrazaba y me besaba. Ahí, justo donde el resentido de su ex se encuentra sentado ahora.

Y al parecer él reconoce el collar. Y que lo reconozca hace que mi sangre hierva. No por el hecho de que otro hombre la haya tenido antes de que yo. Ella tiene su pasado, yo tengo el mío y jamás podría molestarme algo tan estúpido como eso.

Me molesta que haya sido él.

Un tipo que no debería tener ni el privilegio de respirar cerca de ella. No con todo lo que le ha hecho.

Me acerqué, quitándole el collar de las manos.

―Es de mi novia ―Hablé, guardándome el objeto en el bolsillo del pantalón.

Seduciendo a tus demonios © [Destructiva Obsesión #1] ✔✔ EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora