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Chenle cerró la puerta detrás de sí y le sonrió, de pie junto al umbral y con las manos en la espalda. Observó la habitación con sutileza y sintiéndose alegre en su anterior porque Jisung tenía razón; su compañero no se encontraba aquella noche. Probablemente había salido como les aseguró unos días atrás que haría.

─¿Me tardé?

─Mmmh, no. ¿Fue difícil salir? ─Park Jisung se encontraba recostado en su cama, sobre las sábanas.

─La verdad es que no ─se giró para quitarse la chaqueta y colgarla en la silla del escritorio junto a la puerta, revelando su pijama verde─. Creo que todas las supervisoras de pasillo fueron a dormir, es tarde.

Jisung asintió, dándole la razón. Ni siquiera debería estar despierto a esa hora.

Chenle se acercó sin dudar ni un segundo, se subió a la cama, gateando sobre ésta, hasta sentarse sobre el adolorido regazo de Jisung, y se inclinó hacia adelante, presionando los costados de Jisung con sus piernas, y los dedos recorrieron todo el largo de su clavícula, sintiendo la suavidad de aquella zona tan adictiva, hasta que se sumergieron bajo la camiseta de dormir y las palmas acariciaron la extensión de su pecho.

Jisung se incorporó, apoyándose en sus codos y besó a Chenle con tanta lentitud que se relajaron gracias al toque ajeno, como si el tiempo en sus relojes no siguiera corriendo. Cerraron los ojos a la par en cuanto sus labios se unieron, Jisung besó el labio inferior de Chenle y lo mordió sin fuerza, luego hizo exactamente lo mismo con el superior para acabar rozando la suave carne con la lengua.

Oscilar sus cuerpos pareció una increíble idea, les recordó a quel día, en esa misma cama, donde Jisung perdió la cordura y se dejó llevar por lo que estaba sintiendo, Chenle en su regazo no dejaba de moverse de adelante hacia atrás, similar a lo que hicieron en ese momento.

Por un segundo, Chenle olvidó que había ido hasta ahí para apaciguar el fuego interior de Jisung y no el suyo.

─¿Es molesto? ─preguntó sobre sus labios, los dedos volvieron a tomar vida propia y no dudó en trazar toda la línea de la mandíbula de Jisung. Si fuese un poco más filosa, seguramente le cortaría.

─Un poco ─admitió─, es extraño de alguna manera. Cuando estoy contigo se intensifica, pero a la vez...

─Te calma. Sí, también me pasa.

Jisung asintió con la cabeza, los bonitos ojos negros de Chenle son atrapantes.

─¿Qué se supone que haremos?

─Qué haré yo, querrás decir ─dijo riendo y bajando del regazo de Jisung para acostarse a su lado en un rebote gracias al colchón.

─¿De pronto se trata solo de mí?

─Siempre se ha tratado de ti. ¿Crees que haría esto con otra persona que no seas tú?

Suspiró pesadamente cuando las pequeñas manos comenzaron masajeando su bulto, el dolor en su pelvis estaba siendo estimulado. No lo comprendía muy bien el funcionamiento de su cuerpo, por supuesto que sabe de qué se trata todo de eso, pero aun así se siente como un ignorante total en el tema y la misma práctica.

─N-no lo sé...

─¿Puedo? ─cuestionó, sin avanzar todavía. De igual manera, subió una de sus piernas y la enganchó en los muslos de Jisung, así no quedaba ni un centímetro de ambos cuerpos sin tocarse.

Jisung observó los ojos brillantes de Chenle por última vez, antes de asentir rápidamente.

La gélida temperatura se elevó cuando sintió los diminutos dedos de Chenle hurgar en su pantalón de pijama y bajarlo con su propia ayuda, dejando a la vista los bóxers azules que le apretaban como nunca antes, un lindo color, pero ninguno de los dos estaba allí para apreciar la ropa interior. Chenle siguió con su trabajo y sintió su mano arder en cuanto tuvo contacto con el miembro ajeno, incluso aseguraba haber sentido escalofríos debido a lo nuevo y adictivo que resultaba ser. Inhalando profundamente, la sacó de su escondite. Observo de más, por supuesto, fue inevitable no hacerlo. Era grande, más de lo que se permitió imaginar en algún momento. Alzó la mirada para observar las mejillas de Jisung pintarse rojas, mucho más de los que ya estaba al ver su parte íntima salir disparada de la ropa interior.

Crazy Babies (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora