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Tocó la puerta con suavidad y se asomó por esta, inclinándose levemente con algo de timidez, siendo la figura de Chenle ordenando la ropa en su armario lo primero que vio. Sintió como el aire abandonaba sus pulmones cuando el chico se giró para mirarlo con una bonita sonrisa y solo atinó a balbucear unas cuantas palabras que ni él mismo comprendió.

Que extraño es el primer amor.

─Hey, ya estaba terminando con esto. ¿Cómo te fue hablando con tu madre?

El menor de ambos suspiró casi dramáticamente.

─Mamá sigue creyendo que tengo diez años ─entró a la habitación arrastrando los pies y dejándose caer sentado en la cama donde Chenle tenía la ropa esparcida─. Es un poco sobreprotectora si tomamos en cuenta que el próximo año cumplo dieciocho...

─La suerte de ser hijo único.

─Tú también eres hijo único, ¿qué hablas?

─Sí, pero mi papá me odia ─riendo, Jisung negó con la cabeza, Chenle a veces no era consciente de lo mucho que su familia lo cuidaba─. Hablando de eso, me acaba de enviar dinero, ¿quieres que vayamos a comprar algo?

Frunció el ceño, sin entender cómo es que harían eso. Ellos están internados, no tenía sentido alguno.

─¿Debo recordarte que estamos encerrados en este lugar?

Ahora fue el turno de Chenle de reírse de la inocencia de su lindo novio. Terminó por guardar el resto de prendas y se sentó junto a Jisung, hombro con hombro y piernas rozando entre ellas. Giró el rostro y sintió como si no necesitase nada más que las bonitas facciones frente a él; su perfecta nariz, los ojos pequeños, labios gruesos y cabello rosa desteñido.

Había pasado bastante tiempo desde que lo besó por primera vez, estaban más cerca del año que del primer beso, le parecía un poco irreal y todavía no se cansaba de hacerlo.

Tampoco es como si fuese a suceder.

Park Jisung ya no es el niño tímido del principio, incluso para Chenle que siempre fue confianzudo, le sorprendía lo diferente que actuaba a comparación del principio. Y aunque quedase un poco de su vergüenza natural, era bastante evidente el cambio en su actuar, desde la manera de acercarse a él, hasta las pequeñas acciones que pasaban desapercibidas para el resto, pero jamás para ellos. Le agrada ser la razón por la cual Jisung olvidó la timidez y su nerviosismo que solía entorpecer cada decisión que tomaba.

─No conoces el poder del dinero.

─Ay, no... ─Jisung se horrorizó, más por la idea de Chenle siendo descubierto que sobornando a los inspectores de pasillos que no los dejaban salir del establecimiento.

Pero entonces, escucharon un ruido similar al del feroz viento de otoño.

Al asomarse por la ventana junto a la cama de Chenle, descubrieron que eran espesas gotas bañando la escuela. La lluvia se hacía más constante con el paso de los segundos. Ambos se observaron, ¿es que acaso era una señal del destino para que se quedasen allí?

Jisung lo agradecía, por suerte no tendría que ver como se llevaban a su novio a dirección por intentar sobornar a sus mayores, pero en cambio, Chenle bufó con enfado. Él en serio quería salir con Jisung.

Crazy Babies (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora