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Hyunjin se dejó caer en el cesped con todo dando vueltas a su alrededor, cerró los ojos y contó mentalmente hasta un número que acababa de inventar. Al abrirlos nuevamente, vio los arboles sobre él, bailando junto al viento bajo las brillantes estrellas.

Donghyuck llegó unos minutos más tarde, ubicándose a su lado.

─¿Estás bien? ─su voz se escuchaba irregular y a los oídos de Hyunjin se oía bastante graciosa.

─Sí, bien... ─asintió─. ¿Sabes? Quiero cantar una canción que no recuerdo su nombre, ni tampoco conozco su idioma, pero se está reproduciendo en mi cabeza. ¿Es eso posible?

Su acompañante rió, mientras se acomodaba mejor sobre la suavidad de la naturaleza bajo sus cuerpos agotados.

Hyunjin le miró con más atención y descubrió que Donghyuck estaba con los ojos cerrados, mientras sus manos se enredaban en el césped debajo de ambos, lo más probable es que también esté mareado debido al alcohol que habían ingerido horas antes. Traía puesta una sudadera rojiza y sus clásicos pantalones negros de los que nunca se aburría. Según él, hacían que sus piernas se viesen mejor de lo que ya eran.

─Mientras no sea alguna triste, puedes hacer lo que se te cante ─dijo con un tono suave─, literalmente lo que se te cante.

Ambos rieron hasta que les dolió el estómago. Ni siquiera era tan gracioso, pero para dos borrachos, acostados en una plaza como los señores a los que de niños les temían, cualquier idiotez sería digna de partirse a carcajadas.

─Hyunjin.

─¿Mmmh?

─¿Estás bien?

Estaba completamente seguro de que ya le había hecho esa pregunta.

─Nunca antes había estado mejor ─mencionó con una media sonrisa. Se levantó rápido y supo de inmediato que había sido un gran error, los árboles cambiaron de posición y estaba muy seguro de haber visto a cinco Donghyuck─. No tan mejor, pero se entiende lo que digo.

─¿Por estar borracho?

Era un factor muy importante, pero por primera vez, luego de tanto tiempo hundiéndose en la miseria, estaba bebiendo por gusto y no por necesidad.

Las noches de fiesta anteriores a esa no podía lidiar con sus emociones y recurría al alcohol para reprimirlas, necesitaba olvidar su realidad y fingir que se encontraba completamente bien, que nada había cambiado. Esas noches no se bebía una botella de licor entera porque le gustase, sino porque dependía de ella para ubicar una sonrisa en su rostro, dependía de ella para poder decir "estoy bien". Sin embargo, en aquella ocasión, lo hizo porque quería. Bebió por gusto y era una sensación tan agradable que no tardó en emborracharse, sin detenerse a pensar en nada más que su propia felicidad.

Más bien, es como una celebración interna, algo que sucedía inconscientemente. Hyunjin creía que era una estupidez, pero aun así se felicitaba a sí mismo por ese logro y bailó sin cansancio como premio.

─No, yo... ─se posicionó de lado, justo frente a Donghyuck. Él hizo lo mismo, sólo que con un poco más de pereza─. ¿Alguna vez has sentido que te estás liberando de algo que te mantenía atado?

Donghyuck lo pensó por unos cortos segundos, hasta que finalmente negó.

─Más bien, me sucede al revés.

─¿Al revés? ─frunciendo el ceño, se interesó en la conversación. Últimamente le llamaba la atención como cada persona sobrelleva sus problemas y preocupaciones, es tan diverso que le encantaría entrevistar a cada ser humano en la faz de la tierra para averiguarlo.

Crazy Babies (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora