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─¿Por qué estamos viendo esto?

El pelirosa elevó el dedo índice, haciéndolo callar de inmediato. Su mirada se encontraba fija en la televisión, las piernas cruzadas sobre el sofá y una botella de agua en su otra mano. Jeno se encuentra a su lado, mirándolo con una expresión indescifrable. La verdad es que en ese momento tenía muchos sentimientos encontrados.

Jaemin no estaba durmiendo en el internado porque sus padres quisieron mantenerlo vigilado por si ocurría cualquier situación que ponga su salud en peligro otra vez. Jeno obviamente lo comprende, él también se había vuelto un poco sobreprotector y paranoico desde entonces, aun así sabía de antemano que Jaemin se aburría desde que salía de clases, hasta el día siguiente. No es como si le temiera a la soledad, pero él mismo le confesó que no era de sus favoritas, porque siempre le gustó estar rodeado de personas, conversando sobre cualquier tema y disfrutando el momento.

Y es por esta razón que escogió el camino de la rebeldía y se escapa del internado toda las tardes para ir donde él. Claro, sin tener en mente que acabarían viendo una de esas películas extrañas que contienen más música y bailes que trama.

─¡Viene la mejor escena! ─dejó de lado cualquier objeto que le estorbase, incluido el control remoto y la botella de agua a la mitad, y se levantó rápidamente para bailar al ritmo de la canción reproducida en la película.

Jeno se muerde el labio inferior, reprimiendo la sonrisa que quería salir a flote al ver a Jaemin tan sumergido en su mundo y feliz por la melodía que parecía saber de memoria. Y antes de siquiera darse cuenta, es arrastrado por el pelirosa para bailar junto a él. La rigidez no tarda en aparecer, pues nunca fue bueno en eso, cuando iba de fiesta con los chicos o solo en busca de liberarse del estrés, evitaba la pista de baile a toda costa. Sin embargo, sólo necesita una respiración profunda y Jaemin guía su cuerpo por la sala que era habitada únicamente por ellos dos.

Es cuestión de segundos para que ambos entren a ese mundo mágico donde son felices sin demonios mentales, problemas alimenticios o dependencia emocional, donde no importa nada más que ellos y su felicidad. Quedan atrapados allí, hasta que la canción acaba y es la queja de Jaemin la que le hace soltar la primera risa. Lo mira como si nunca lo hiciera, como si el rostro de Jaemin no fuese lo que desea ver absolutamente todo el tiempo, a cada hora y en cualquier momento.

Se siente hipnotizado por sus delicadas facciones y cada mínimo detalle de su rostro, desde el cabello rosa que comenzaba a desteñirse, su piel brillante, labios pequeños y pestañas largas, hasta la manera en que parecía haber sido dibujado por el mejor artista del mundo entero. Jeno piensa que un día de esos podría volverse loco por admirarlo como lo hace.

─¿Qué me ves tanto? ─él dice con un tono divertido, acercándose a su cuerpo y rodeando el cuello de Jeno con sus brazos.

Jeno se inclina hacia adelante y lo besa a su propio ritmo, sin permitir que Jaemin lleve el control porque siempre le había gustado ver como se enojaba. Éste suspira y le brinda un pequeño jalón de cabello que lo hace reír entremedio del beso, sin embargo, acaba abriendo la boca para dejar entrar su lengua.

Por desgracia, o quizás suerte vista desde una perspectiva diferente, siente que nunca puede tener suficiente de Jaemin, como si hubiese un límite que sabía muy bien que no existía. Es realmente molesto, porque sus sentimientos por el chico siempre andan por ahí, aumentando y necesitando todo el contacto posible para satisfacer esa absurda necesidad, pero aun así no logra saciarse. Es gracioso en cierto punto porque a Jaemin le encanta llamarse a sí mismo como el "intenso de la relación", pero Jeno comenzaba a creer que ese puesto le pertenecía a él.

Después un par de mordidas y suspiros involuntarios, se separan lentamente debido a la falta de aire, Jeno cree que está en un sueño de solo ver las mejillas de Jaemin tornarse de un color más cálido y el cabello pegándose a sus sienes, aquellos ojos le observan con un brillo ya conocido que le provoca cosquillas, una sensación agradable y que al mismo tiempo siente que puede matarlo.

Crazy Babies (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora