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Advertencia: TCA.

─Les dije que nos diéramos un beso de tres y no quisieron ─explicó, dándole una mordida al sándwich y volviendo a apoyar su cabeza en el hombro de Mark. Terminó de masticar y dijo─: ¡Pero debieron ver a Hyunjin cayéndose en el baño, fue tan gracioso!

El recién nombrado, al otro lado de Mark y también con la cabeza en su hombro, rodó los ojos.

─¿Cómo no iba a caerme si Minho me empujó?

Doghyuck estalló en carcajadas que llamaron la atención del resto en la cafetería. ─Minho nunca te empujó, no sé de dónde sacaste eso si te estábamos sujetando el cabello.

─¡Bueno, pero alguien debió hacerlo, no me iba a caer de la nada! ¿Qué fue, un fantasma?

El morenito siguió riendo y Mark suspiró cansado, no había dormido absolutamente nada, y además, tenía que soportar las peleas infantiles de su novio y mejor amigo. Por suerte Minho no andaba rondando también o se habría vuelto loco.

Estaban los cinco en la cafetería, a pocos minutos de la segunda clase del día, bebiendo algo caliente porque hacía demasiado frío y aprovechando de comer. Jeno ni siquiera sabía cómo había terminado allí, escuchando las anécdotas sobre la alocada noche que pasaron y observando los rostros demacrados, que por alguna razón, no actuaban como si tuvieran resaca. Frente a él, Hyunjin, Mark y Doghyuck, mientras que a su lado, Chenle reía tan fuerte que por poco le explota los tímpanos.

Había quedado de ver a Jaemin en el siguiente receso y ya sentía que necesitaba su tranquilidad. Esos cuatro estaban acabando con la suya.

Al menos, de alguna manera y exceptuando que deseaba su eterno silencio, le da gracia ver como Hyunjin y Donghyuck se pelean entre sí, ambos apoyados en Mark y siendo él quién deba callarlos. Ambos pelean como niños, y en el proceso, provocan la escandalosa risa de Chenle, este último parecía ser el más divertido con las anécdotas, aun si no había estado allí la noche anterior.

No iba a admitirlo en voz alta, pero se sentía bien con ellos.

Así estuvieron hasta que el molesto timbre hizo presencia y todos en la cafetería comenzaron a levantarse para ir a sus respectivas clases. Chenle fue el primero en irse, prácticamente corriendo porque si llegaba tarde a su clase le iban a descontar puntos de la próxima evaluación, Donghyuck tenía tareas pendientes y se marchó luedo de unos cuantos chistes junto a Hyunjin, los dos empujandose por los pasillos. El último fue Mark, se disculpó por dejarlo solo, ya que debía ir a verificar el pulso de Minho.

Fue entonces cuando lo vio.

Renjun lo estaba mirando fijamente.

Jeno sería un completo mentiroso si dijese que no había resentimiento aún. Todavía le ardía la sangre cuando lo veía y se sentía demasiado incómodo cada vez que tenían encuentros accidentales, pero esta vez era tan diferente. Renjun no apartó la mirada, a pesar de ser correspondida con la misma intensidad y oscuridad.

Le inquietó tanto por su accionar, de manera que no se dio cuenta cuando él ya se encontraba frente a él. Por supuesto que sintió miedo, no necesariamente por su presencia, sino por lo que le fuese a decir. Este le observó con sus ojos marrones y el característico desinterés que tanto aborrecía.

─Deberías ir a ver a Jaemin ─dijo en un tono que sólo Jeno pudo escuchar─. No estoy en el derecho de decírtelo, pero creo que te necesita.

Renjun le dio suaves palmadas en el hombro y desapareció entre tantas personas.

Jeno se quedó de pie en medio de la cafetería, asimilando las palabras del que alguna vez fue su amigo, extrañado totalmente. En el momento que volvió a la realidad y cayó en cuenta de lo que le había dicho, emprendió camino hacia la habitación de Jaemin con pasos rápidos. Tenía un nudo en la garganta que comenzaba a molestarle, nunca fue bueno confiando en su intuición, pero esta vez tenía un muy mal presentimiento.

Crazy Babies (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora