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─¿Se le bajó el azúcar o algo así?

La enfermera rió, pero no era una verdadera risa, más bien, parecía estar nerviosa. Tenía un precioso cabello negro hasta la cintura, piel de porcelana, ojos grandes y un suave maquillaje sobre éste. Ella negó con la cabeza y señaló a Jaemin acostado en la camilla.

─Ese chico está desnutrido, no puede bajarle algo que no tiene ─hizo una mueca y luego subió la mirada a Jeno y Changbin─. Lo más probable es que se haya desmayado por eso.

El par de chicos se observó, Changbin con la ceja alzada y Jeno sin entender muy bien lo que le habían dicho recientemente, como si sus oídos se hubiesen tapado y su cerebro no pudiese procesar ninguna palabra. La enfermera se retiró lentamente para darles un tiempo a solas.

─¿Sabías algo de esto?

─¿No? ─había sonado más como pregunta que como respuesta. Jeno maldijo por lo bajo y negó─. Jaemin estaba haciendo dietas, es lo único que sabía.

Changbin suspiró ruidosamente, lucía enojado e incluso acarició el puente de su nariz, mientras pensaba en las mil maneras de afrontar a Lee Jeno sin que alguno de los dos terminase enojado y olvidasen el verdadero punto de la conversación por estar discutiendo.

─Perfecto, así que Jaemin hace dietas extremas hace un tiempo, y tú, como su novio, ¿no pudiste pedirle que se detuviera?

─¿Qué querías que hiciera? ─Jeno le respondió con la voz un poco más dura─. ¿Que le metiera comida a la fuerza? ¿Que lo llevara con un nutricionista obligado? No entiendo cuál es tu punto, sabes que incluso si esa hubiese sido mi intención, Jaemin me habría mandado a la mierda.

─Al menos pudiste decirnos, ¿no crees?

─¿No te has cuestionado por qué me lo dijo a mí y no a ti o al resto de los chicos?

Sí, era sumamente importante justo esa parte de la conversación. Changbin ya lo estaba pensando antes de que Jeno lo mencionara. Y es que, no era muy difícil darse cuenta que Jaemin confió en la persona que sabía que no traicionaría su lealtad, la persona que sabía que no abriría la boca por muy mal que estuviese. Le parecía un acto repulsivo, pero tampoco se encontraba en el momento adecuado para criticar o reclamarle a Jaemin por poner el peso del silencio en los hombros de Jeno.

─¿Y tú te lo has cuestionado?

─Supongo ─asintió─, pero no pensé que se le podía ir de las manos. Si te lo hubiese dicho, ¿me habrías creído?

Chabgbin dirigió la mirada al cuerpo tranquilo de Jaemin, respirando con tanta lentitud y paz que no parecía tener mil demonios detrás de él, siempre susurrando malas palabras en sus orejas y llevándolo a hacer lo incorrecto.

Ese es el problema con Jaemin, absolutamente nadie sabe lo que pasa por su cabeza. Y no se trata de ser mal o buen amigo, porque hasta Changbin que de alguna manera terminaba cargando con los problemas de sus amigos más cercanos, no era adivino y no sabría si a Jaemin le está sucediendo algo, a menos que se lo diga. Porque Jaemin jamás ha ventilado su incertidumbre, siempre pone a los demás primero que a sí mismo y por esa razón es muy difícil imaginarlo mal, a veces es difícil pensar que Jaemin tiene problemas al igual que todos y se los guarda para tratar los del resto.

Y no, Jaemin no es mejor persona por hacerlo, no es un angelito, tampoco debería alabarlo por eso, porque está mal. Se lo repitió un montón de veces, en más de una ocasión le dijo que priorizar a sus amigos le traería graves consecuencias, y tal parece que recién se estaba dando cuenta, no sólo él sino todos, de lo errónea que es su actitud.

Crazy Babies (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora