Crazy Babies (En edición)

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─Acuéstate junto a mí, amor ─Hyunjin llama al chico de pie junto a la puerta con una sonrisa divertida y la voz cargada de burla.

Seungmin soltó un gruñido por lo bajo como lo haría un animal salvaje a punto de atacar a su presa, pero de igual manera se adentró en la habitación con los ojos cansados y su característico rostro que espantaba al resto. No se ve siempre como un zombie, pero últimamente, ese chico drena toda su paciencia y bondad casi inexistente. Y aun así, Hyunjin es de los pocos que no salía corriendo cuando Seungmin se mostraba como es realmente.

Por supuesto que aún no tenía muy claro si eso es bueno o malo.

Hyunjin por poco se ahoga con las carcajadas que brotaban de su garganta como música, le hizo un espacio en la cama, sin dejar de reír ni un solo instante.

─Eres tan molesto que si hubiese un concurso a la persona más molesta de todos los tiempos, ya habrías ganado el premio consecutivas veces ─habló con voz baja, acostándose junto a Hyunjin sobre las sábanas.

─¿Pero qué haces aquí? ─cuestionó, dejando el celular de lado para prestarle atención a su invitado─. Dijiste que estarías en la biblioteca.

─¿Sabías que el bibliotecario le debe dinero a mis padres? ─y al igual que siempre, Seungmin desvió el tema de conversación. Hyunjin no sabía si aquello se volvió una costumbre entre ambos o si Seungmin siempre fue así─. Yo pensé que era porque tenía deudas en su hogar, ya sabes, pero en realidad es porque tiene adicciones. Que lamentable.

Hyunjin suspiró.

─Supongo que todos tenemos una adicción o algo que se asemeje a una.

Pero a diferencia de lo que creyó que sería su respuesta, Seungmin lo miró vagamente con una sonrisa de lado. Era su turno de burlarse.

─Habla por ti, yo estoy limpio hace meses. ¿Qué andas consumiendo últimamente y no invitas? ─mencionó, su voz divertida y ojos sin analizar cada movimiento del contrario es algo realmente extraño de ver, pero bastante agradable.

Si era sincero, en más de una ocasión pensó en todo lo que Kim Seungmin habría logrado si no actuara como un idiota obstinado. Probablemente tendría mejor relación con los que solían ser sus amigos, y en general, con cualquier persona que apareciera en su vida. Quizás no sería el terror de los chicos de grados menores y no sería el favorito de los chismosos que se la pasaban esparciendo calumnias de una esquina a otra, pero a Seungmin realmente no le interesa quién llegue a su vida y tampoco le toma gran importancia a los rumores que andan de él por ahí.

─¡Te odio! ─y lo golpeó con la almohada.

─La vida es una, Hyunjin. Tú consume lo que quieras, de todas maneras, morirás algún día.

Hyunjin lo observó fijamente.

No iba a mentir en que todo lo que tuviese que ver con Kim Seungmin le causaba curiosidad. Es decir, no sabe mucho de él más allá de rumores falsos y los pocos detalles de su vida privada que el mismo Seungmin quiere que el resto sepa, pero luego de eso, es un verdadero enigma. Comida favorita, color favorito, experiencias traumáticas o alguna divertida, un amor de una sola noche, amigos que son como hermanos, el restaurante al que más frencuenta, incluso sus gustos musicales son desconocidos.

─¿Has sido adicto a alguna sustancia, Seungmin?

─Nunca dije eso. En realidad, es más como tú lo mencionaste. "Todos tenemos una adicción o algo similar" ─hizo comillas con sus dedos, mientras repetía sus palabras anteriores.

Y entonces, Hyunjin lo comprendió.

─Ah, es una persona.

─¿Me puedes explicar en qué momento di a entender de que hablaba de alguien en particular? ─no necesitaba escuchar los latidos de su corazón, buscar su pulso o siquiera analizar su comportamiento, conocía muy bien el tipo de reacción que estaba teniendo.