28 Secretos mortales💖🔥

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Ya no lloro,

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Ya no lloro,

porque no me quedan lágrimas,

ya no pienso,

porque cada pensamiento me lo has robado.

No soy nada,

me has desvanecido del mundo.

Yo te lo he permitido.

Irina sintió las lágrimas caer, mientras estaba en el hotel, arreglándose para regresar a Kansas. El silencio en la habitación se quebró con una llamada de teléfono. Era Thiago D'Alessandro.

—Ya te dije que tus servicios no son necesarios.

—¡Mierda! ¡No me ladres! ¡No tengo la culpa de que seas una amargada! —dijo el hombre al otro lado de la línea. Irina puso su mano en la frente y restregó con tanta fuerza, como si ansiara borrar una parte de su cara.

—Lo lamento, ¿sí? No es contigo el tema.

—¿Por qué imagino que Carson forma parte de esto?

—Es una parte del problema, no todo.

—¿De verdad te fuiste del bufete? ¿Así como así?

—No será fácil, me van a poner mil trabas —aclaró—, sin embargo, prefiero quedar en la indigencia a continuar en ese lugar en donde no soy bienvenida, y deberé ver, cada día, los rostros de la gente que me arruinó la vida.

El detective se quedó en silencio un segundo. Irina estaba enojada, pero, sobre todo, herida.

—Tengo algunas cosillas interesantes de Christian Emerson, quizás te gustaría saberlas —expresó con algo de ironía. A Irina se le congeló la sangre cuando escuchó la frase «cosillas interesantes» de parte de un hijo de puta como Thiago.

—¿De qué hablas?

—Me gustaría que nos viéramos y te cuento.

—Mira... —Dio un suspiro—. Sea lo que sea, es tarde. Mi tío va por él. Está vivo.

—Lo sé, pero eso puede cambiar en cualquier momento. —Irina cerró los ojos y el corazón se le aceleró.

—Dime ahora.

—No, amiga. Esto es serio, ven a mi oficina y te cuento. Sé que te vas pronto, y creo que es algo que debes saber.

—Está bien, nos vemos. Estaré ahí en una hora, ¿te parece bien?

—Genial. Nos vemos.

La mujer cortó la llamada, y se llevó una mano a los labios, para acariciarlos con el dedo índice y medio. La preocupación ciñéndose a su rostro. Alan y Jonathan seguramente ya estaban en viaje, y la señal de celular en la ruta no siempre era la mejor. Debería enviar un mensaje para que se comunicaran con ella en la próxima parada. No obstante, allí radicaba el problema. Si Thiago no había querido hablar por teléfono es porque la situación era muy peligrosa.

Cuando te perdí T.JdP Libro 1 (gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora