"No hay nada peor que un inocente en prisión, no hay nada más aberrante que expiar las culpas de un asesino impune en manos de bestias sádicas cansadas del encierro.
Esta es mi historia, la historia del joven que fui y en el que me convertí".
Alan...
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No hay nada peor que un inocente en prisión, ni existe nada más aberrante que expiar las culpas de un asesino impune en manos de bestias sádicas cansadas del encierro.
Esta es mi historia, la del joven que fui, y en el que me convertí.
Una historia de un ser lleno de luz, sepultado en las sombras.
En medio del dolor, la barbarie, el abuso y la desolación, encontré mi refugio. Lo que más amaba, lo único por lo cual daría lo que fuera, e incluso regresaría a ese infierno, si supiera que podría enfrentarlo junto a él.
Alan Novak es un hombre de cuarenta años que tiene una tranquila existencia en un pueblo cerca de Topeka, Kansas. Su esposa murió de cáncer hace más de una década, y se ha quedado junto a su hijo Jonathan, en lo que, en apariencia, es una vida ordinaria.
Todo cambia cuando Jonathan, víctima de bullying, intenta suicidarse. Alan desconocía los motivos detrás de lo sucedido, pero los descubre en el hospital, cuando su hijo por fin se anima a confesarle que es gay.
Desesperado por ayudar a su hijo, Alan recurre a lo único que le queda para salvarlo de sí mismo. Adentrarse en su propia historia. Algo que debió quedar en medio del vacío, en esa isla remota que tuvo tanto de infierno como de paraíso. El único secreto que ha conservado como si fuera un tesoro.
Alan amó a un hombre, y después de dos décadas, no ha conseguido olvidarlo.
Es así como recuerda su romance con Christian Emerson, su compañero de celda en «Erebo» una prisión de máxima seguridad, a donde llega, luego de ser acusado de un crimen que no cometió. Allí vivió un amor cargado de pasión y lujuria, que terminó con la muerte de Christian durante una revuelta en donde Alan logró escapar.
Lo sigue amando, sabe que traerlo a su mente es regresarlo a la vida, a sus brazos y, el dolor, una vez más, se torna insoportable. Sin embargo, hay algo que Alan ha despertado en Jonathan con sus palabras. Una duda, hechos que no concuerdan y... Una esperanza.
