—Irina, ¿te quedas con nosotros? —La abogada asintió frente a la pregunta de Jonathan, quién descendió del vehículo de Caleb.
—¿Habías venido antes? —preguntó Caleb.
—Nunca.
—Bienvenida entonces.
La mujer sonrió y Stephen abrió la puerta de la casa, para que ella y Jonathan ingresaran. Caleb venía un poco más atrás, había encendido un cigarrillo. Irina quiso regresar a él y su primo la detuvo.
—No le gusta que lo molesten cuando fuma.
—¿Quién te ha dicho eso?
—¿Quién crees?
—Gracias por el aviso —pronunció Irina y siguió el camino.
La casa era bastante amplia para dos personas, dos sofás ubicados uno frente al otro, un enorme televisor, y una mesita ratona junto a un par de joystick. Irina se acercó y los tocó.
—Infaltables.
—Un hombre y su video juego, ¿qué más? —gritó Jonathan, alejándose de ella.
Una escalera de madera que daba a los dormitorios supuso la mujer, a la sala de madera rústica que también contaba con una chimenea le seguía un pasillo y de allí, a la cocina comedor. Una mesa, seis sillas, un refrigerador, una cocina. Había también una pequeña alacena que albergaba algunas antigüedades, platos, vasos y demás. Nada fuera de lo común. El hogar de personas trabajadoras, sin grandes lujos.
Irina acarició la madera de la escalera y volvió a observar hacia el primer piso, cuando Caleb entró a la casa. Ella se apoyó en la barandilla y sonrió. El hombre se acercó a ella.
—¿Tu dormitorio está arriba?
—Sí, el mío y el de Stephen.
—Quiero conocerlo.
—Primero, vamos a estar un rato con los chicos, beber algo. —Caleb le rozó la punta del cabello castaño y luego, sus dedos tocaron el escote.
—Ya he tomado demasiado.
—No has probado la cerveza artesanal que yo preparo.
—¿Tú elaboras cerveza?
El rubio asintió y la llevó de la mano hacia uno de los sofás, cuando su hermano y Jonny traían botellas del famoso líquido.
—Prueba Irina, cortesía de la casa Emerson —agregó Stephen, dándole la botella.
La chica tomó la botella y bebió un trago, sintiendo el sabor fresco y un poco amargo.
—Está buena.
—¿Buena nada más? —indagó Caleb.
—Oye, soy muy exigente en cuanto a bebidas, si te digo que está buena es un siete sobre diez.
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Cuando te perdí T.JdP Libro 1 (gay +18)
Romance"No hay nada peor que un inocente en prisión, no hay nada más aberrante que expiar las culpas de un asesino impune en manos de bestias sádicas cansadas del encierro. Esta es mi historia, la historia del joven que fui y en el que me convertí". Alan...