26. El beneficio de la duda.
ALONSO.
—¿Me están excluyendo? —pregunto y me detengo antes de subir los escalones. Estoy frente a la puerta principal de la Torre Azzarelli.
—No lo digas así —Gary suaviza el tono al otro lado de la línea—. El tipo que nos vio fue muy exigente en su petición. Quiere a los integrantes que estuvieron presentes en el evento. Hice todo lo que estuvo a mi alcance para explicarle que nos faltaba nuestro saxofonista pero...
—Entiendo —suspiro, desanimado
—No todo es malo —asegura—. La partitura que trabajaste es excelente. Aunque no vengas con nosotros al festival, aún cuento contigo para la presentación en el restaurante. Sin embargo... si vuelves a faltar —hace una pausa—. Creo que deberías tomarte un tiempo para analizar qué es lo que quieres en realidad.
—No, no es necesario —insisto mirando el exterior del edificio—. La situación en la Torre se complicó momentáneamente, este caso se resolverá pronto. Yo... me esforzaré el doble, lo prometo.
—¿Y cuando finalice ese caso no entrarás en otro? El ciclo se va a repetir —cierro los ojos—. Alonso, sé que amas la música y eres uno de los más entregados pero no podemos esperar toda la vida por ti. Tenemos que avanzar y tú también. Saxofonista o auditor. No puedes tener ambos trabajos a la vez.
Un productor musical fue a la presentación del viernes. El tipo quedó asombrado con mis compañeros y les ofreció ese mismo día participar en un festival de música que se llevará a cabo este fin de semana. Ahí las oportunidades para despegar la carrera serán infinitas; no obstante...
Me dejaron por fuera.
Lo peor es que los entiendo. Los comprendo. Sé que tienen razón. Debería incluso hasta sentirme agradecido de que no me expulsaran. Falté a mi compromiso pero, aun así, saber que ellos cumplirán su sueño, nuestro sueño... duele.
Duele de una forma que no sé explicar.
Entro a la torre y voy directo por un expreso doble en la cafetería antes de subir a mi piso. Miro mi reloj varias veces y mi inquietud crece. En hora y media será la comparecencia de Regina en la corte. Brad no me dejó ir con Astrid al juzgado, sino que me asignó buscar puntos de conexión entre el desfalco y la caída de Global Beauty.
Con la baja de las acciones, las pérdidas totales están desangrado a las cuentas de la cosmética. Los gastos generales son demasiado altos, sus costes de producción aumentan, y su personal...
¿Por qué Regina elegiría comprar una empresa que está tres pasos a la quiebra? ¿La quiere restaurar? Le saldrá carísimo y no es lo más recomendable para el estado actual de su cartera.
Y eso no es todo lo que ocupa mi mente.
La impresión al enterarme que Bartis había muerto no me sale de la cabeza. «Se ha suicidado» Me cuesta creer que un hombre con hijos, familia, prometida y mucho por delante haya renunciado así sin más, sobre todo, por lo que sucedió antes cuando iba a colaborar y se lo llevaron. Paso una mano por mi nuca sintiendo un desagradable escalofrío al recordar el cuando me dejaron inconsciente.
¿Fue suicidio u homicidio?
Algo tuvo que suceder para que quisieran silenciarlo. ¿Habrá accedido a confesar? Nadie de Searchix quiere profundizar en ello a pesar de que todo el panorama de nuestra investigación se ha ido a la basura. Si hay un asesino suelto, este asunto se va a salir de nuestra jurisdicción e irá directo a las manos del FBI ¡Joder! Solo podemos apegarnos a los avances que ha conseguido Luther, esperar que los resultados de los archivos encriptados sean de ayuda... y tener precaución con el topo.
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Escabrosa Penumbra ©
RomanceEscabrosa Penumbra Bilogía Reina Tomo I Para Regina Azzarelli, el mundo es su tablero de juegos. Una inversionista poderosa, arrogante y fría. Una fiera con un flamante estilo de vida que le permite una convivencia relativamente "estable" con los d...