24. Nodi pericolosi.

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24. Nodi pericolosi.

REGINA

Impaciente, tiro de la mano de mi acompañante para que se dé prisa. Roswaltt camina detrás de mí sin dejar de buscar mi contacto. La sonrisa de victoria por lo que se avecina dentro de mi suite, se borra en el instante que veo a Roche recostado en la pared frente a mi puerta.

—Regina.

Me libero de los brazos del chico y, dominada por la mezcla de adrenalina y enojo, me acerco a mi asesor con las más puras intenciones de desollarlo con mis propias manos.

—¡¿En dónde demonios te metiste?! —espeto

No le sorprende mi reacción.

—Te lo explicaré luego, pero en serio tienes que escu... —Su rostro se contrae cuando mira por encima de mi hombro— ¿interrumpo algo?

—Lo haces —mis dientes rechinan

Su mirada delata la urgencia y seriedad del asunto, igual que el recelo con el chico. ¡Maldición! Conteniendo el mal humor, abro la puerta y con un gesto le pido que tome asiento. Roswaltt se queda en el umbral con las manos en los bolsillos.

—Puedo irme si quieres —mira a Roche, que tampoco aparta la mirada de él.

—¿Tú te quieres ir?

—No —sonrío por su convicción. El abrigo apenas le tapa el paquete.

—Pasa. —Me cuelgo de su cuello para susurrar en su oído—. Usa la habitación, date una ducha y espérame vestido con un albornoz.

Retengo el lóbulo de su oreja entre mis dientes y lo suelto despacio. Me complace lograr mi objetivo: su cuello y orejas enrojecen con efecto inmediato. Me encanta hacerlo sonrojar. Asiente sin apartar su mirada turbia de mis ojos, y vuelve a mirar a Roche antes de entrar.

—Habla rápido —exijo devuelta con mi asesor—. ¿Qué demonios pasó con mis acciones?

—Glo...

—¡Te advertí que no quería perder más dinero! —lo señalo con mi índice.

Aprieta los labios en una fina línea.

—¿Continuarás gritándome o me vas a escuchar?

Suelto aire sonoramente y hago ademán para que continúe. Me explica que estuvo fuera de la ciudad atendiendo otros "inconvenientes" referentes a Global Beauty y demás negocios nuevos. Debido a mi "mala reputación" los socios de la cosmética se indignaron al enterarse que yo ocuparía un lugar más valioso en su junta directiva. Aún no sabe quién filtró la información pero el resultado de dos llamadas que recibió ayer me asegura que todo volverá a la normalidad antes de que finalice el año.

—¿Qué fue lo que hizo Antonio Wallace cuando su padre te vendió la otra parte de Kraptio? —levanta el pulgar, contando

Frunzo los labios. Sé a dónde quiere ir.

—Divulgó que armé una trampa para que un hombre adulto apostara la empresa —ruedo los ojos al recordar esa y mi propia estupidez en los juegos de azar.

—Eso provocó una baja estrepitosa —levanta el dedo índice—. ¿Qué pasó con las acciones petroleras de Lorena Specter cuando se publicó el anuncio de su divorcio?

—Entiendo tu punto —lo corto, impaciente.

—La fábrica de chocolate y tu dieta, la procesadora de plástico y la contaminación, el convenio con K-corp  y los monopolios, los patrocinios y tus enredos o riñas con los artistas, tu aparición en Playboy... —sigue enumerando hasta quedarse sin dedos en las manos—. ¿Sabes lo que tienen todos esos casos en común?

Escabrosa Penumbra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora