36. Confianza.

1.3K 215 29
                                    

36. Confianza

ALONSO

—¡Aún no quiero conocer a mi creador! —bramo, hundido en el asiento.

Regina acelera más y deja atrás a las camionetas.

Atraviesa la ciudad sin cuidado. Ignora por completo los bocinazos e insultos que lanzan los conductores por adelantarse. Tengo el corazón en la boca. La carretera está húmeda por la lluvia.

Mierda. Mierda. Mierda.

—¡Baja la velocidad! Tengo familia. Mis sobrinos me esperan mañana con ilusión. Mi madre ya tuvo un infarto. Mi abuela tiene casi noventa años. Mi perro depende de mí.

Aumenta el volumen de la música cuando Darkside de Alan Walker inicia. Sonríe abiertamente.

—¡Joder, Regina!

Alé! No seas tan llorón —se queja con humor—. Relájate, caro mio. Me ofende que aún no tengas claro con quien tratas. Esta bestia tiene 1.000 caballos de fuerza, un motor de ocho litros, cuatro turbocompresores... Tendría que buscar una vía con menos tráfico para enseñarte su verdadera potencia —dice y entona la letra de la canción.

Aflojo el nudo de mi corbata. No me tranquilizo. ¿Por qué rayos mi presentación tuvo que ser al otro lado de la ciudad? Está oscureciendo y falta mucho para llegar a mi apartamento. Aprovecharé que Nathaniel baila hoy para cocinarle uno de sus platos favoritos. Clavo la vista en ella para distraerme. Sus piernas desnudas me calman un poquito. Mueve la cabeza y los dedos sobre el volante al ritmo de la música. Desborda seguridad. Es obvio que le gusta.

La leona sabe conducir.

—O-oye... —El pulso me taladra los oídos—. Un Bugatti cuesta alrededor del millón, ¿no?

—Este está valorado en casi dos. —Frunce el ceño mirando por el espejo retrovisor—. ¿Por qué preguntas?

Mis neuronas que no están rezando el rosario, repasan su declaración de patrimonio.

—Llámalo curiosidad financiera. He visto tus conferencias por internet. —Elijo mimar su ego.

Esboza una sonrisa felina. Una sonrisa peligrosa.

—¿Cuántas pajas ya te has hecho con esas grabaciones?

Posa su mano en mi entrepierna, acariciándome con suavidad.

—Concéntrate en no matarnos, por favor —gruño. Resopla y retira la mano—. Quiero que me aclares una duda. Me parece contradictorio que la inversionista que reza sobre evitar gastos innecesarios, haya elegido pagar semejante cantidad por un coche. Comprendo que te van los placeres caros y sé que puedes hacer con tu dinero lo que te venga en gana; pero, tomando en cuenta tus principios, te hubiera salido más provechoso invertir en un coche modificado si lo que buscas es potencia y velocidad.

Believe it, I see it
I know that you can feel it
No secrets worth keeping
So fool me like I'm dreaming.

—Es verdad. Este coche no es práctico. Lo conservo más por colección. Consume muchísimo y ni hablar del costo de los neumáticos. Jamás pagaría un centavo por él. —Nos despega los ojos de la carretera—. Lo gané con una apuesta en el Calígula.

—¿Juegas en casinos?

—La adrenalina del riesgo. —Se encoge de hombros—. Entré apostando una casa en Beverly Hills. Salí con un Bugatti y una propiedad en Palm Beach que tengo alquilada. —Da golpecitos en su sien con su dedo índice—. La mayor parte de mi fortuna no está en liquidez sino en activos que pongo a producir. El valor aumenta con el tiempo, genero ingresos pasivos y me protejo de pérdidas diversificando las inversiones. Yo no trabajo por dinero, el dinero trabaja para mí. Es una...

Escabrosa Penumbra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora