43.Disturbata.
REGINA
De pequeña nunca tuve comodidades.
Ahora, que tengo todo lo que me place, sé que el destino se está encargando de retribuirme lo que me faltó desde mi nacimiento. Pelearé con uñas y dientes si es necesario, pero primero me lanzo de un balcón antes de volver a la miseria.
Rivers aparca y Mashiro me abre la puerta. Me coloco las gafas oscuras y bajo del Bentley. Julius me espera en el vestíbulo de un edificio residencial de clase media. Le sonrío con coquetería.
—¿Preparado para el espectáculo?
—Yo todavía no cantaría victoria —me mira con advertencia.
—Ay, querido, no seas tan negativo.
Entramos en el elevador.
—Por favor, abstente a seguir el guion. Tú ni deberías estar aquí.
Ruedo los ojos.
—¿La multa?
—Pagada —peina su cabello frente al acero—. No quedaron rastros. Nadie sospechará que tu intención inicial era evadir impuestos. Estamos a un paso para dejar a O'Conner tras las rejas.
—Quiero que pierda todo y se pudra en la cárcel —mascullo.
El apartamento está en los pisos del medio. Entramos. No hay casi muebles y faltan detalles en las paredes. Aún no terminan el lugar. Enrique está de pie al fondo, me quito el abrigo con parsimonia mientras siento la mirada asesina de Lacroix en mi nuca.
—Que sea rápido —exige.
—Uy —saco una botella de chardonay de mi bolso y, amable, le sirvo una copa—. Toma, para que te relajes.
Enarca una ceja y sonríe.
—No aceptaré nada de ti.
También sonrío y bebo de la copa lentamente. Lo supuse. Entre perras nos conocemos.
—Algo me dice que el trato que te propondré sí —me siento frente a ella en una silla vieja—. Sé que aspiras a postularte como senadora. Eso es fabuloso, querida. Admiro a las mujeres que se proyectan en grande; pero —alzo un dedo—, no lo lograrás si tú reputación tan impecable se destruye cuando te denuncie por acusación maliciosa. El juez ya decretó mi caso como pérdida de tu tiempo. Te olvidarás de una apelación hoy mismo a menos que... —me quedo pensando—. Julius, querido, recuérdame cuáles son las consecuencias si una fiscal va tras la amante de su adorado esposo al que le fue crudamente infiel —hablo con asombro.
Sus ojos se abren desmesuradamente.
—Eso es mentira.
—El abogado de Jean Pierre y estas fotos me confirman lo contrario —deslizo hacia ella un sobre—. El matrimonio es como un contrato cualquiera, ¿no? Tiene cláusulas. En serio no entiendo por qué la gente se casa si no van a respetar el compromiso —miro a Julius, Enrique y Mashiro—. No sé ustedes, pero por eso amo mi soltería.
Mi mente se va a otro lado. Borro la idea.
Lacroix mira las fotos y lee los documentos sin poder creerlo. Me pongo cómoda mientras habla Julius. Apoyo mi codo en el reposabrazos y descanso mi mentón en la palma de mi mano.
—... y de comenzar el litigio, podría perder su cargo —Julius es neutro—. Le quitarán la licencia por ejercer de mala fe y sin ética. En el peor de los escenarios, se abrirá una investigación en su contra y rectificarán todos sus procedimientos.
ESTÁS LEYENDO
Escabrosa Penumbra ©
RomanceEscabrosa Penumbra Bilogía Reina Tomo I Para Regina Azzarelli, el mundo es su tablero de juegos. Una inversionista poderosa, arrogante y fría. Una fiera con un flamante estilo de vida que le permite una convivencia relativamente "estable" con los d...