Capítulo 2

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Adrián

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Adrián

Abro los ojos y observo la habitación, que no es la mía. Camila yace a mi lado, una de mis habituales compañías de cama. Me levanto, comenzando a vestirme antes de que despierte, pero su mano se posa en mi espalda y me jala hacia ella.

— Buenos días, guapo —murmura soñolienta, intentando acercarse; retrocedo y busco mis zapatos—. ¿Ya te vas?

— Sí.

— Al menos quédate a desayunar —me ruega con un puchero.

— Tengo cosas mejores que hacer, pero tal vez otro día —respondo con aburrimiento.

— Me llamarás, ¿verdad?

— No lo sé, Camila... nos vemos.

Después de salir de allí, me dirijo a mi apartamento con la urgencia de asearme. Una entrevista me espera y no puedo darme el lujo de llegar tarde, especialmente si quiero evitar que la prensa amarillista desate más rumores sobre mi vida. Martín, el portero del edificio, me saluda como siempre, pero opto por ignorarlo.

Una vez dentro de mi apartamento, mi único deseo es tomar una ducha fría. Necesito estar presentable para la entrevista de hoy y no permitir que más chismes alimenten la máquina de la especulación. Papá ha estado encima mío últimamente, con sus constantes regaños. Ya soy lo suficientemente mayor para tomar mis propias decisiones, carajo.

Horas más tarde, me encuentro sentado frente al periodista que llevará a cabo la entrevista para una de las revistas más importantes del país.

— Empecemos hablando de tu próximo libro. ¿Qué nos puedes contar sobre esta nueva obra? —pregunta el periodista, mostrando un claro interés en el tema.

— Es simplemente una historia más —respondo con desinterés—. Doctor Salem sigue la vida de un médico atormentado por su trastorno bipolar, quien encuentra cierta calma en un campo de girasoles. Un cliché, ¿no?

— ¿Y qué te llevó a explorar este tema tan particular? —continúa el periodista, buscando profundizar en mi motivación.

— Supongo que necesitaba algo nuevo para escribir —murmuro encogiéndome de hombros con una sonrisa—. Además, siempre hay un público para las historias de médicos locos y campos de girasoles, ¿verdad?

— Tienes razón —responde riéndose—. ¿Podrías adelantarnos un poco más sobre la trama?

El Doctor Salem, como mencioné, lidia con su trastorno bipolar, pero lo interesante es cómo eso lo lleva a oscilar entre la benevolencia y la crueldad. Es un personaje complejo, pero no esperes que te cuente más, prefiero que los lectores descubran por sí mismos la genialidad de mi obra.

—  ¿Hay algo más que quieras agregar sobre El Doctor Salem? —pregunta el periodista.

— Solo que estará disponible en las librerías próximamente —respondo con indiferencia—. Y a través de redes sociales comparta la portada del libro, que por ahora es una incógnita. Ahora que menciono la portada, más tarde tengo reunión con la diseñadora de esta. Algo que yo nunca había hecho, por lo general, siempre trato de que Rodrigo sea el intermediario, pero esta vez quise estar en el detrás de escena de la portada del Doctor Salem, y Rodrigo me ayudó con eso. Espero que esta vez sí concuerde algo; los últimos diseñadores no cumplen mis expectativas.

El arte que me llevó a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora