[Hinata]
Después de que Kageyama se ofreciera a llevarme... Aunque el tambien debía de ir por órdenes de mi papá, salimos de la casa y nos encaminamos hacia mi camioneta para poder irnos.
Ibamos en silencio, solo escuchando la música de la radio.
Cuando Kageyama conocía la canción la cantaba o simplemente la tarareaba pero no nos decíamos nada.
— Me lo compensaras pequeña mandarina — dijo una vez que llegamos a la casa de mis padres.
— Te lo compensaré, te lo prometo — dije mientras trataba de abrir la puerta del copiloto.
Kageyama agarro una de mis manos, lo que provocó que volteara verlo
— Yo lo hago — dijo mientras bajaba.
Y antes de que llegara a mi lado yo me baje por mi cuenta.
Cuando llegó, se cruzo de brazos y frunció su ceño.
— Amor yo puedo hacerlo, no te preocupes — camine para quedar frente a él.
— Pero quiero ayudarte... — dijo un poco triste a mi parecer.
— Es suficiente todo lo que haces por mí... Solo espera a que este casi a punto de dar a luz y ahí si me tendrás que poner los zapatos. — dije tomando su mano y caminar por el camino para llegar a la casa de mis padres.
Su gesto cambio de enojo a emoción, podría jurar que veía chispitas salir por su cabeza y estrellas de sus ojos.
Sonreí y asi fue como caminamos hacia la entrada de la casa
Entramos y quién nos recibió fue Ukai-san.
— Joven Hinata... Bienvenido a casa — me dijo mientras me daba un abrazo
— Muchas gracias Ukai-san — le devolví el gesto.
— Joven Kageyama, bienvenido de igual manera — estiró una de sus manos para estrecharla con la de mi Alfa.
— Entrenador... Gracias por la bienvenida. — recibió su gesto.
Ukai-san nos dijo que nos estaban esperando en la sala y así fue como caminamos hacia la misma.
Entramos, vimos a mis padres y Natsu...
La pequeña Natsu se lanzó a mí y abrazarme... Por el impacto estuve a punto de caer pero Kageyama me sostuvo.
— ¿Cómo estás? — le pregunté mientras trataba de tranquilizarse y yo acariciaba su cabello.
— Gracias a ustedes estoy bien... — dijo separandose del abrazo para vernos a ambos.
Kageyama hizo una pequeña reverencia mientras le sonreía con ternura.
Natsu por su lado se sonrojo al ver su hermosa sonrisa y no la culpo... Es la sonrisa más hermosa que pueda existir en este maldito mundo.
Mi pequeña hermana le sonrió a Kageyama mientras se lanzaba para abrazarlo igual.
Él se quedó parado mientras recibía el abrazo de mi hermana... Él volteo a verme y yo solo se sonreí y asentí un poco con mi cabeza.
Kageyama al verme con timidez correspondió el abrazo de mi hermana... En sí, no la abrazo como tal solo palmeó un poco su espalda y mi hermana soltó su abrazo.
Kageyama rápidamente fue a mi lado para abrazarme por el hombro mientras veía a Natsu quien no se le borraba la sonrisa de la cara.
Mi padre hablo...