🔹Capitulo 37🔹

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[Hinata]

Constantemente sentía su pelvis chocando con la mia, provocando sonidos lascivos que serian mal vistos ante la sociedad.

Estoy recargado en la pared de su habitación, aferrándome a su espalda, tratando de mantenerme firme... Pero con Kageyama dentro de mi, es casi imposible.
Levante mi vista hacia la ventana y sonreí incrédulo, sin dejar de gritar y gemir cada vez que sentía que entraba y salia de mi. 

"Buenos días mundo " 

Me quede pensando en eso... duramos prácticamente toda la noche, nunca habíamos durado tanto... pero parecía que Kageyama no tenia ganas de acabar. 
Hicimos cada posición que se nos ocurrió, mas bien a él, ya que yo, ya parecía y me sentía muñeco de trapo.

To- tobio... ya no puedo más —articule, después de que me bajara de sus brazos para recostarme en la cama y posicionarse sobre mi

Solo una vez y ya — dijo, abriendo mis piernas y acomodándose en medio de ellas

Aunque lo intentes, ya no te saldrá nada — dije bromeando un poco. 

Kageyama ya lleva unas cuantas horas consiente, pero no ha dejado de cogerme con la misma rudeza después de la marca... Realmente ya no salía nada de Kageyama, ni siquiera de mí sale una gota de aquí abajo.

Antes de que él volviera a entrar, por el sistema que tiene instalado en su habitación... Escuchamos el timbre.
Literalmente me sentí salvado por la campana.

Kageyama chasqueo la lengua y se separó de mí no sin antes darme una última nalgada, enserio que ya sentía que me hice más nalgón por lo hinchado que estaba mi trasero.

Se levantó rápidamente y se puso un pantalón cualquiera, una sudadera y unos tenis.

También recordó el camino de ropa que existe por la casa y corrió para recogerlo y aventarlo al piso de la habitación.

Cerro la puerta después de haber salido por segunda vez y yo sentía que podía descansar... Realmente necesito dormir.

Me quedé sobre acostado unos momentos tratado que se regulará mi respiración y de la nada me sentí muy ansioso, como si algo me faltará.
Mis ojos comenzaron a cristalizarse y tenía unas enormes ganas de llorar.

Quise sentarme en la cama para buscar mi ropa interior pero solo logré quejarme del dolor.

¡Maldito alfa, Ahora si lo mato!

Conteniendo la respiración me dispuse en enderezarme y rogándole a todos los santos existentes, me pude sentar.
Respiré una vez más y lentamente me levanté de la cama buscando ropa cómoda, la cual no tarde en encontrar en el armario de Kageyama.
Una playera básica blanca y un pans que ese sí, lo tome de mi armario que tengo en su recámara.

Con cuidado de no caerme y tratando de que mis piernas dejarán de temblar ya que parecía Bambi recién nacido... Camine hacia el baño y no pude evitar buscar en mi cuello la preciosa marca que no tarde en encontrar.

 Camine hacia el baño y no pude evitar buscar en mi cuello la preciosa marca que no tarde en encontrar

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