[Narradora]
En cuanto colgaron la llamada, Tobio bajo rápidamente de la camioneta y corrió hasta la casa de Kenma.
El pelinegro entró a la casa con ayuda de la llave de repuesto que tiene Shoyou por si llegaba a ocurrir alguna emergencia...
Pero lo que no esperaba, era que un mar de feromonas inundará sus fosas nasales queriendo aturdirlo.Rápidamente Kageyama, tapó su boca y nariz con la playera que traía en esos momentos.
— ¡Kenma! — Kageyama gritó al no encontrar al teñido.
— ¡Kenma, contéstame!... — nuevamente no recibió respuesta — ¡GRITA O GOLPEA ALGO CARAJO!
Kageyama gritó tan alto que pensó que hasta Shoyou había escuchado y habían dos razones por las cuales gritaba:
1. Se estaba preocupando
2. Estaba comenzando a marearse por el olor a mango tan embriagante que lo abrazaba con fuerza.De pronto se escuchó un grito proveniente del segundo piso, el cual Kageyama no dudo en subir y abrir de golpe el cuarto donde estaba Kenma temblando de miedo... Lo supo al momento en que lo vio a los ojos
Tobio con temor, se acercó al Omega quien gruñía al ver a un alfa frente a él.
— Ken-Kenma... Soy yo, Tobio... Prometo no hacerte nada — habló Kageyama con la voz más tranquila que sabía hacer... La que usa cuando habla con Akihiko.
El Omega, con dificultad se levantó y asintió con la cabeza mientras sostenía su vientre con una mano y con la otra agarraba la mochila que tenían lista para ese día.
Y así fue como Kageyama se acercó a Kenma y estiró una de sus manos aún con miedo de que él Omega lo atacará, pero no sucedió.
Kenma se lanzó al alfa al mismo tiempo que Tobio lo cargaba para que él no hiciera esfuerzo alguno.
— No te recordaba tan pesado
Dijo Kageyama al estar apunto de terminar de bajar las escaleras apresuradamente.
— Lo... Argh... Lo siento — habló Kenma sintiendo que en cualquier momento podría estallar.
Sin ninguna palabra más, Shoyou prendió la camioneta y abrió la puerta trasera donde Kageyama entró aún cargando a Kenma.
Y así, Shoyou pisó el acelerador y fue directamente al hospital.
Obviamente no tardaron mucho en llegar y Kenma fue atendido de emergencia por la doctora, quien para sorpresa de la pareja... Era su misma doctora: Yui Michimiya.
La tensión del pelinaranja y del pelinegro disminuyó un poco pero en eso Shoyou intento entrar con Kenma quien solo se escuchaba que lloraba y gritaba con miedo.
Tobio tomó su celular y busco en sus contactos para comenzar a marcar.
En la llamada:
— Tob...
—¡Hasta que contestas, imbécil... Kenma está dando a luz y tú ni tus luces! — grito Tobio sobresaltando a todos los que estaban a su alrededor.
— ¿¡QUÉ!?... ¡Akihiko, corre... Debemos irnos!
Fin de la llamada.