Capítulo 8

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Capítulo 8

Cita con el asesor de imagen a media mañana. Esteban frente al hombre que escogió el mismo director de la campaña y ahora asesor del presidente.

Le mostró gráficos de la popularidad, lo cual era sumamente importante, dejando de lado el asunto forzoso de las medidas económicas, iban muy bien. Y ya llevaban más de 3 meses en el poder...

Ahora el paso a dar era afianzar aquella imagen en la memoria y la historia del país.

El teléfono interno sonó y le informaron a al presidente que su esposa quería verlo. Él la hizo entrar.

M: buenos días...
AI: señora, la llamé con el pensamiento...
M: ¿ah sí? (Junto al escritorio de Esteban, le entregó 2 sobres) Las calificaciones de los niños...
E: veamos... (Alcanzando sus anteojos)

Esteban era muy exigente con ese tema, mes a mes revisaba con detenimiento los informes educativos de sus hijos, aún los de Miguel y Laura, aunque ya estaban en la universidad.

M: ¿qué se te ofrece...?
AI: me gustaría que marcáramos una cita... Se trata de algo muy importante...
M: pero dime ahora... ¿Tienes algún problema? (A Esteban)
E: adelante... (Concentrado en el reporte de Sofía)

M: dime...
AI: le conversaba al presidente de una propuesta que tengo...
M: ¿de qué se trata...?
AI: buscar una causa en específico... Con la que usted se identifique o que le guste... Un tema para que sea su imagen...

Entonces el asesor empezó a nombrarles mandatarios extranjeros y sus cónyuges que fueron y eran conocidos por algo en específico, ya fuera deportes, artes, humanismo, apoyo a diversas enfermedades, entre otros tópicos.

Pero la idea del matrimonio San Román era otra.

M: ya soy la primera dama, ¿no? Esa es mi imagen...
AI: claro que sí, señora, pero nuestra idea es ser imagen de un tema en especial, con la que todos la relacionen y la identifiquen con solo verla...
M: ya tengo muchas funciones y responsabilidades... Abrazo muchas causas, las que más puedo... Y la gente va a recordarme como ellos prefieran... Si es que lo hacen...

Detrás del papel, Esteban tenía muchas ganas de reír.

AI: quizás no me entendió, señora...
M: entendí perfectamente y pienso quedarme como hasta ahora. Si necesitas algo más, contáctate con mi asistente. (Poniendo una mano sobre el hombro de su marido) Quédate con los boletines...

Caminó hasta la puerta y sin más, salió del despacho.

Esteban rió por lo bajo, pensando en que esa era la misma mujer con la que se había casado...

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A la hora exacta, María entró a uno de los salones de la casa, en el ala de lo administrativo.

Ahí la esperaban la asociación de diseñadores de modas. Todos nacionales.

Los saludó uno por uno, a todos los conocía. Pero esta audiencia tuvo algo diferente, le llevaron a la primera dama diseños y modelos para mostrarle los conjuntos que confeccionaban.

De ahí salió el vestuario para la nueva gira presidencial en el exterior.

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En el tiempo que llevaban viviendo ahí, el presidente no había puesto un pie en la cocina durante el día... Bastante gigante por cierto y de tipo industrial... Parecía estar en una de un restaurant...

Por lo antes dicho, todos se sorprendieron y hasta se alegraron... Sin saber que el motivo de Esteban para bajar a la cocina era encontrar a su esposa.

Tenía un problema que nadie en el mundo más que ella podía solucionarle.

Efectivamente, como todos le indicaron, la primera dama estaba en el área de los hornos. Con todo y delantal puesto, mismo que se quitó cuando lo vio.

M: ¿qué haces aquí...?

Esteban sentía los ojos del personal sobre ellos, o quizás sobre él, era el jefe de todos, el presidente del país que por falta de tiempo no había conocido al departamento culinario de la casa de gobierno. Imperdonable.

E: necesito que vengas conmigo...
M: claro... ¿Es urgente...?
E: digamos que... Un poco...
M: ¿me dejas presentarte a los muchachos antes...?

Con nombre y apellido, María se encargó de que su marido saludara a los responsables de la alimentación de la familia.

Carismático como de costumbre, el presidente los hizo reír durante los minutos que compartió con ellos. Tomó la mano de su esposa y subieron.

M: les caíste bien...
E: ¿será porque soy el presidente...?
M: preguntémosle eso a los de la oposición...
E: ¿qué hacías en la cocina...?
M: tus papás llegan a cenar con nosotros esta noche y ya sabes el platillo que les encanta... Es lo único que me sale bien en la cocina... ¿Lo olvidaste??
E: no...
M: dime la verdad...
E: confundí los días simplemente...

Llegaron a la recámara y a María se le había olvidado eso tan urgente para lo que Esteban la necesitaba.

Entonces él cerró la puerta y empezó a quitarse la corbata y la camisa ya que no llevaba chaqueta.

M: Esteban... No puedo creer que fuiste a buscarme para...
E: mira lo que me apareció... (Mostrándole la zona enrojecida)

Lucía como una erupción justo en el pectoral derecho.

M: ¿tienes comezón...? (Acercándose a mirarlo)
E: sí... Mucha... Por eso fui a revisarme y te busqué...
M: debería verte el médico...
E: claro que no... ¿Qué de grave puede ser...? Ponme algo de lo que le aplicas a los niños...
M: pero si no se te cura, le hablaré al doctor...
E: no va a ser necesario... Ya lo verás... (Recostándose en la cama)
M: esperemos...

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